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Los papelitos hablan

¿Qué es lo que motiva a un político a mentir, cuando sabe que la verdad puede probarse? Es una pregunta difícil de responder. En la actual administración estatal ha habido distintos momentos polémicos en los que el gobernador Enrique Alfaro ha optado por no decir la verdad.

Uno de estos casos es el que en las últimas semanas se ha ventilado, sobre el proyecto inmobiliario Iconia. Se trata de un desarrollo que se construirá en lo que fue un terreno público, por el cual la empresa que hará el negocio debía entregar una serie de obras públicas que a la fecha no ha terminado.

Según el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, ese terreno fue privatizado en 2008, cuando se firmó el convenio con la empresa española Mecano para el proyecto Puerta Guadalajara, durante el gobierno del panista Alfonso Petersen.

La revisión de documentos ha permitido saber que eso no es verdad. El predio, efectivamente había sido desincorporado del patrimonio municipal en 2008, pero se depositó en un fideicomiso en el que el ayuntamiento participaba.

En el contrato del fideicomiso se incluyeron las obligaciones que debía cumplir la empresa Mecano, en ese momento bajo la razón social Puerta Guadalajara, a cambio del terreno. Es decir, en lugar de pagar en efectivo, lo haría con diversas obras.

La empresa no cumplió; sin embargo, lejos de devolver el terreno al municipio, en 2012 entregó sus derechos y obligaciones a otra empresa, Operadora Hotelera Salamanca (OHS).

Es cierto que los alcaldes posteriores, los priistas Jorge Aristóteles Sandoval Díaz y Ramiro Hernández García fueron omisos en la recuperación del predio, pero en realidad la historia la definió Enrique Alfaro Ramírez.

El ahora gobernador conocía el traspaso irregular del predio, tan es así que emprendió acciones legales para recuperarlo cuando llegó a la presidencia de Guadalajara, pero luego cambió de parecer y validó el traspaso irregular de 2012.

Así, en 2016 firmó un nuevo convenio. Fue también durante su gestión, en 2017, apenas unos días antes de dejar la alcaldía para irse a la campaña por la gubernatura, cuando una parte del terreno fue entregado en propiedad a Salamanca, para que a su vez lo vendiera a Hoteles Riviera Deluxe, sin que el municipio exigiera las obras de contraprestación.

Lo anterior significa que el terreno en realidad pasó a manos privadas durante el gobierno de Enrique Alfaro y no, como él aseguró, en 2008.

Las autoridades también han asegurado que las obras se han entregado a tiempo, cuando es evidente que eso no ha sucedido.

Este no es el único caso polémico en el que el gobernador Enrique Alfaro ha mentido para defender sus posturas. Recordemos la desaparición del Instituto Jalisciense de las Mujeres, que dijo sería sustituido por una secretaría que se haría cargo exclusivamente de esta agenda y tendría catorce veces más presupuesto. Una simple revisión al gasto y a la estructura de gobierno permitió comprobar que el aumento que se recibiría sería mucho menor y además se iría en pago de salarios, además que se habían sectorizado a la nueva secretaría algunas áreas de desarrollo social. Al ser descubierto, Enrique Alfaro tuvo que hacer cambios.

También aseguró que no se habían encontrado irregularidades en la licitación del programa de arrendamiento de maquinaria, por el que se pagarán en su sexenio 3 mil 634 millones de pesos, cuando ya se habían confirmado las anomalías y el caso se había turnado al Tribunal de Justicia Administrativa. Cuando él declaró, todavía no estaba resuelto.

Así que la duda es qué ha llevado al gobernador a mentir cuando sabe que hay documentos que pueden permitir que se conozca la verdad. Alguien tendría que decirle que los papelitos hablan.

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