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Maíz

Recientemente se han tomado varias medidas que restringen la oferta de maíz en México. Entre estas destacan la imposición temporal de aranceles a la exportación de maíz blanco y el decreto presidencial para eliminar el uso y la importación de maíz transgénico en 2024.

Particularmente, la semana pasada México fijó un arancel de 50 por ciento a las exportaciones de maíz blanco (únicamente para consumo humano y no genéticamente modificado). La medida se justificó con base en las supuestas necesidades de garantizar el abasto de maíz y de reducir el precio de la tortilla.

Los aranceles distorsionan la producción, el empleo y la balanza comercial de los países. Particularmente, los mencionados aranceles a la exportación desincentivan la producción de maíz porque incrementan los costos de producción y porque reducen los ingresos de los productores.

El decreto sobre el maíz transgénico también reduce la oferta del grano. De hecho, su finalidad consiste en eliminar gradualmente su importación, su distribución y su uso. La medida se justificó argumentando avances en favor de la salud, la alimentación sustentable y el cuidado de la diversidad biocultural.

El impacto de eliminar el maíz transgénico puede ser muy grande. Conacyt, por ejemplo, señala que 90.4 por ciento de las tortillas de la Ciudad de México presentan secuencias transgénicas. Si bien dicha cifra pudiera no ser igual para el país, la misma es un referente para evaluar el impacto de eliminar el transgénico.

Las medidas mencionadas pueden generar problemas adicionales al interior del país. Las restricciones en la oferta podrían inducir aumentos de precios y desabastos. Quienes resentirían en mayor medida dichos efectos serían los grupos de bajos ingresos porque el maíz es un alimento básico en su dieta.

Las medidas no solo pueden generar problemas a los consumidores. Las restricciones a las exportaciones pueden generar problemas en la balanza agropecuaria nacional y problemas de ingreso para los estados productores de maíz. Asimismo, podrían generar problemas para los trabajadores agrícolas.

Las medidas también podrían generar sanciones para el país en el marco del TMEC. Estas sanciones podrían fundamentarse con base en que las medidas: 1) Reducen el comercio en Norteamérica; 2) imponen tratos discriminatorios a iguales; 3) perjudican la competencia económica, y 4) limitan la competitividad.

En mi opinión, las medidas nacionales adoptadas para restringir la oferta de maíz son erróneas. Más aún: podrían generar problemas muy serios para la economía. La experiencia demuestra que los aranceles suelen generar más perjuicios que beneficios para las economías y para el bienestar de las personas.

*Economista e investigador de la UdeG

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