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La violencia en las familias

Increíblemente, a pesar de que tenía una orden de protección, el 24 de abril de 2019 una mujer fue asesinada afuera de Casa Jalisco, vivienda del gobernador Enrique Alfaro. Digo que increíblemente porque ahí día y noche hay elementos de seguridad. Lo sorprendente y patético es que el pasado martes 31 de enero otra mujer y su madre fueron asesinadas por su marido en las instalaciones del Ministerio Público de Poncitlán, Jalisco, cuando fueron a denunciarlo por violencia familiar.

Si además consideramos que en Jalisco en el año 2022 se abrieron 13 mil 747 carpetas de investigación por denuncias de violencia familiar, el mayor número registrado según las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), podemos preguntarnos: ¿en Jalisco en qué lugar pueden estar y sentirse seguras las mujeres y las niñas y los niños?, ¿hay programas y acciones para prevenir la violencia familiar?

También deberemos considerar que muchos, muchos casos más no se denuncian por miedo y/o porque quienes pudieran denunciar piensan y sienten que no tiene caso, que no se va a lograr nada, por lo que las cifras de personas violentadas serían todavía más alarmantes e indignantes.

Decía Albert Einstein que “los intelectuales resuelven problemas, los genios lo previenen” y entonces en Jalisco y en el país no tenemos intelectuales para resolver los problemas de violencia familiar, ni tenemos genios para prevenir la violencia a las mujeres, a las niñas y los niños, a las personas adultas mayores y a las personas con discapacidad.

Podemos concluir que las personas responsables para prevenir y atender la violencia familiar no han sido las adecuadas y que las políticas públicas y los programas para ello no han sido adecuadamente fundamentadas ni son eficaces.

Todas y todos sabemos que los puestos gubernamentales a nivel federal, estatal y municipal son ocupados por personas política y afectivamente cercanas a los titulares y también por acuerdos partidistas o con otros grupos de poder, independientemente del partido político del que provengan los titulares, lo que no favorece que las personas designadas tengan el perfil científico-técnico, la experiencia y hasta las características de personalidad para desarrollar responsable, honesta, eficiente, eficaz e innovadoramente su encargo.

Tenemos claro también que una persona no previene y resuelve sola los grandes problemas sociales, por lo que también se requiere que aborden el problema con el concurso de los sectores poblacionales que correspondan.

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jl/I