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Autoridades sabían que Alondra corría peligro: cuñada

MIEDO. Alondra Franco vivió violencia machista desde hace tiempo, pero temía contarlo a su familia. (Foto: Edgar Flores)

Antes de que Alondra Franco y Liliana Tinoco fueran asesinadas en las instalaciones de la Fiscalía del Estado de Poncitlán, ya las autoridades municipales y estatales conocían la violencia de que era víctima y el riesgo que corría su vida, pero no le brindaron protección.

Así lo señaló Liliana Lara, cuñada de Alondra, quien dijo que incluso ya la joven había presentado una denuncia penal, aunque en esa ocasión no quiso involucrar a su familia porque tenía miedo.

De hecho, aseguró que Alondra era “recatada” y no permitía que la visitaran en su casa. Cuando su familia llegaba, los recibía en la calle. Después se enterraron que en la mayor parte de los espacios de la vivienda había cámaras de videovigilancia.

Alondra sostenía una relación con su pareja desde hace ocho años y tenían dos hijos, uno de 7 años y el más pequeño de 1 año y 4 meses. La violencia en su contra comenzó hace mucho tiempo, pero ella no había querido compartirlo con su familia.

Su cuñada relató que “hace tiempo” decidió escapar y volver a casa de sus padres. “Habló con mi suegro y le dijo lo que pasaba”, les contó que la golpeaba, que la pateaba; sin embargo, un día que Alondra estaba sola su pareja fue a buscarla y se la llevó. Sólo dejó un papel en el que informaba a su familia que había vuelto con Cristopher Gerardo Z.

El domingo 29 de enero Alondra volvió a comunicarse con su papá y le pidió que fuera por ella a su casa y solicitara el apoyo de policías. Así lo hizo él y acompañado de una patrulla se presentó en su domicilio para llevarla de regreso a la casa paterna junto con sus dos hijos.

Al día siguiente, el lunes, la madre de Alondra la convenció de que presentaran una denuncia por la violencia que sufrió y así lo hicieron; sin embargo, en la agencia les dijeron que primero tenían que dirigirse a la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres (SISEMH) para que le dictaran medidas de protección.

El mecanismo se activó finalmente por 48 horas, pero no se le proporcionó ningún tipo de seguridad, apuntó la cuñada de Alondra. La víctima, añadió, les advirtió a las autoridades que tenía miedo debido a que Cristopher contaba con armas de fuego en su casa, pero sólo le dijeron que se fuera a su casa y que el martes le recibirían la denuncia.

Como les indicaron las autoridades, Alondra y su madre regresaron el martes a la Agencia del Ministerio Público de Poncitlán para continuar con la denuncia. Las citaron a las 11:30 horas.

Liliana Lara dice que ya estaban por terminar cuando el agresor “se metió como Juan por su casa y los hechos pasaron”. Agregó que es inexplicable que en una oficina del Ministerio Público, donde los ciudadanos acuden a buscar solución a un problema, no exista “ni la más mínima vigilancia ni seguridad”.

Ahí Cristopher disparó contra su pareja y su suegra y se llevó a su hijo más pequeño, el cual fue recuperado por el DIF de la casa de su madre.

jl/I