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Anhelo de 10 de mayo

Para muchas madres el 10 de mayo invoca la dolorosa ausencia de sus hijos e hijas. Aunque sus acciones de búsqueda han sido incansables y sus voces en muchas ocasiones han logrado romper el silencio de las autoridades e indiferencia de la sociedad, este día sus gritos son aún más poderosos y llenan los espacios públicos de todo el país.

El pasado 2 de mayo, en Celaya, Guanajuato, fue asesinada Teresa Magueyal, integrante del colectivo Una Promesa por Cumplir, quien buscaba materializar su promesa de encontrar a su hijo José Luis Apaseo Magueyal, desaparecido en abril de 2020. Su muerte ocasionada por disparos a plena luz del día nos reafirmó que este 10 de mayo no hay nada que celebrar.

La muerte de Teresa no es un caso aislado. Evidencia que en México familiares de personas desaparecidas viven en un contexto de riesgo generalizado y que no existen condiciones seguras para la búsqueda. Tan sólo en Guanajuato entre el 2020 y mayo de 2023, al menos cinco personas defensoras de derechos humanos fueron asesinadas en represalia por sus labores de búsqueda.

Vivimos en un país donde no sólo no se garantiza la prevención de las desapariciones por parte del Estado y donde la búsqueda de personas desaparecidas no es su prioridad, sino que tampoco se cumple con el deber de salvaguardar la integridad de quienes ante la inacción de las autoridades quieren encontrar a sus familiares, supliendo sus funciones.

Las buscadoras dedican su vida a la búsqueda, con esperanza de encontrar a las personas con vida, y en este camino su vida les es arrebatada. Y aunque la realidad de la crisis forense en el país ha obligado cada vez más a buscar a las personas desaparecidas en muerte, jamás se espera que en esta búsqueda la muerte misma encuentre a las buscadoras. Remueven la tierra con picos y palos, escarban o usan una maquinaria pesada para excavar las capas de concreto, y al hacerlo frecuentemente están amenazadas, reciben agresiones físicas, se descalifica su labor, son víctimas de criminalización o se les priva de su libertad y hasta de su vida. El mensaje que manda el Estado es claro: no quiere que las personas desaparecidas sean encontradas, no importa el costo que esto implique. Las buscadoras mueren sin alcanzar la justicia y sin lograr el regreso a casa de sus familiares.

Ante el asesinato de las personas buscadoras, el mismo Comité de las Naciones Unidas contra la Desaparición Forzada (CED) resaltó en su informe que se requiere “fortalecer de forma inmediata el sistema de protección de víctimas para garantizar la seguridad de los familiares y sus acompañantes”, y que para ello es necesario reforzar el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas y los mecanismos estatales. Recomendó a las autoridades que deben “asegurar de forma prioritaria la realización de análisis de riesgos de colectivos y familiares involucrados en procesos de búsqueda, investigación y acompañamiento a las víctimas de desaparición, así como una respuesta rápida y efectiva a los incidentes de seguridad”.

Desde hace años se ha cuestionado la eficacia del Mecanismo de Protección y la situación que viven las personas defensoras en México, incluidas las personas buscadoras. En este contexto, el colectivo Una Promesa por Cumplir es beneficiario del Mecanismo, pero aún esta situación no ha impedido el asesinato de Teresa. Es urgente que los avances que se anuncian en la materia se reflejen en la realidad y que se adopten medidas que brinden una protección efectiva para que la búsqueda de personas desaparecidas pueda realizarse en condiciones seguras, sin temor por perder la vida.

Los casos como el asesinato de Teresa Magueyal nos demuestran que México vive una crisis muy aguda de derechos humanos y que el Estado es incapaz de garantizarlos. No podemos esperar más, quedarnos en silencio y acostumbrarnos a tanta tragedia e indignación. Ojalá este 10 de mayo se convierta en una causa para movilizarnos, exigir que no haya más nombres de buscadoras asesinadas y materializar en conjunto el anhelo de que el 10 de mayo sea un día de celebración para todas las personas.

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jl/I