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Tecnología milenaria antisuicidio

Hablar de suicido sin reconocer algunos agravantes es tanto como conmemorar este 10 de septiembre sin propuesta alguna que realmente promueva cambios significativos y favorecedores en la disminución o erradicación del problema.

El avance de la IA (inteligencia artificial) que ha favorecido a algunos, y gracias al uso indiscriminado y hasta negligente debido a la baja sensibilización y/o visibilización de las consecuencias y a la alta monetización que puede proveer, favoreciendo avances en el deterioro de las relaciones interpersonales y el sedentarismo entre otras afecciones y trastornos como depresión y ansiedad que son punta de lanza entre menores que se quedan al cuidado de nanas llamadas WII, XBox o Playstation, adolescentes, jóvenes y hasta adultos que su manera de socializar es por medios electrónicos.

La casi erradicada práctica de una plática, ya no digamos profunda, que permita no sólo contacto visual, sino la calidez que promueve la empatía por la situación del otro, o lo que su humanidad demanda para realmente vivir y no sólo sobrevivir; y qué decir de las reuniones familiares en las cuales se promovieron discusiones amorosas, no disputas, enfocadas a escuchar las necesidades de los integrantes de la familia, incluso amigos cercanos a los que no se tenía empacho en ayudar si así lo requerían, una solidaridad genuina con la única retribución de la satisfacción personal por arrancar una sonrisa o proveer unos momentos de paz a su existencia.

Aumentan las personas con pocas o nulas relaciones sociales nutricias y carentes de habilidades sociales, lo cual fomenta que ante la falta de recursos para lidiar con la soledad inherente al cambio propio de las exigencias de un mundo que demanda inmediatez y actualización constante para no quedar relegado o excluido, sé perciba erradamente como única salida el suicidio.

Por otra parte y con afán de promover concientización bilateral, consultante-psicólogo, es importante tener en cuenta que si bien, las sesiones terapéuticas en línea pueden favorecer acercando distancias y promoviendo la salud bio-psico-social, también es delicado que pseudopsicólogos la utilicen indiscriminadamente para el tratamiento de cualquier trastorno, lo cual es una negligencia; ya que, como podrías contener adecuadamente a un consultante con riesgo suicida si se te cae el internet por ejemplo.

Considero que avances tecnológicos benéficos existen, procuremos evitar anteponerlos a la tecnología milenaria del contacto humano, misma que sigue salvando vidas en muchos sentidos.

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jl/I