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‘El Güero’ Palma: Leyenda viviente

Cuando hace nueve años el gobierno de Felipe Calderón lo extraditó a los Estados Unidos, Héctor Luis El Güero Palma Salazar alegó que no tenía dinero para pagar abogados y solicitó que llevara su caso un defensor de oficio. Sin embargo, en horas recientes algunos medios le quieren atribuir una fortuna de mil millones de dólares, exactamente la misma que la revista Forbes ha afirmado que posee Joaquín El Chapo Guzmán, su compadre.

Si hace 27 años el venezolano Rafael Clavel Moreno enamoró a la esposa de El Güero Palma (Guadalupe Leija), la llevó a California para robar del banco una multimillonaria fortuna en dólares, perteneciente al capo, la asesinó y envió la cabeza de la mujer a Palma Salazar, y arrojó los cuerpos de sus hijos pequeños desde un puente para matarlos (Natali y Héctor tenían sólo 4 y 5 años de edad), hoy se corre la versión de que saldrá con un apetito asesino y de venganza.

Como si no hubiese estado encerrado 12 años en México y nueve en Estados Unidos, se le atribuye que volverá a dedicarse al tráfico de drogas (¿sin importar los mil millones de dólares que los mismos especuladores dicen que posee? Suena absurdo) y que va a recomponer el mapa del negocio criminal.

Se ha especulado mucho sobre la liberación anticipada de este sinaloense nacido en Mocorito hace 56 años. Por lo pronto, fue trasladado a México el miércoles 15 de junio, a pesar de que hubo una petición de su defensa a un juez migratorio para que le permitiera permanecer más tiempo en Estados Unidos, una “estancia vigilada” en tanto el gobierno de Enrique Peña Nieto decide si lo volverá a encarcelar o si lo deja libre por no tener cargos criminales por los cuales responder en México.

Así son las leyendas vivientes: alimentan la imaginación, convocan a construir escenarios muy disímbolos y hasta contradictorios, dan pábulo a la especulación e inclusive dejan pasmado a un gobierno que duda entre lo política y jurídicamente correcto, la libertad del capo, o aferrarse a la ley del Talión, ojo por ojo, diente por diente, hasta aniquilar al que públicamente aparece como un enemigo de la sociedad.

El GüeroPalma y El Chapo Guzmán pertenecen a una generación que transitó desde el viejo Cártel de Guadalajara bajo el mando de Rafael Caro Quintero, Ernesto Carrillo Fonseca Don Neto y Miguel Ángel Félix Gallardo El Jefe de Jefes, hacia la construcción del hace muchos años poderosísimo Cártel de Sinaloa.

De hecho la mayoría de los capos mexicanos más connotados nacieron en Sinaloa: además de los mencionados, sinaloenses son Amado Carrillo Fuentes El Señor de los Cielos, Juan José Esparragoza El Azul, Ignacio Nacho Coronel, Ismael El Mayo Zambada, los hermanos Arturo, Alfredo, Carlos y Héctor Beltrán Leyva, El Licenciado Dámaso López Núñez y su hijo El Minilic Dámaso López Caro.

La saña inaudita de que fue víctima la familia de El Güero Palma en 1989 se atribuye a que el capo habría escamoteado el producto de un cuantioso cargamento de cocaína perteneciente a su entonces jefe, Miguel Ángel Félix Gallardo, quien habría ordenado al venezolano Clavel castigarlo de la manera más cruel.

Juntos El Güero y su compadre y socio en el trasiego de droga, Joaquín El Chapo Guzmán Loera, iniciaron una guerra contra los hermanos Arellano Félix (13 entre los cuales destacaron Ramón, muerto en Mazatlán; Francisco Rafael, asesinado por un payaso armado en una fiesta infantil en Baja California Sur; Benjamín, Eduardo, Francisco Javier El Tigrillo, ya condenados en Estados Unidos; Enedina y Alicia, libres y principales lavadoras del dinero del Cártel de Tijuana).

Esa disputa armada provocó balaceras como la de la discoteca Christine, en Puerto Vallarta, adonde los sicarios de El Chapo y El Güero llegaron en un torton blindado; la masacre de Iguala, Guerrero, donde nueve cercanos a Félix Gallardo fueron asesinados, incluidos sus abogados Federico Livas Vera y Teodoro Ramírez Juárez.

Esto ocurría en 1992. La familia de Félix Gallardo (encarcelado desde 1989 en el Reclusorio Sur, cuando aún no había penales de alta seguridad) y políticos sinaloenses publicaron un desplegado periodístico en contra de los sicarios Guzmán Loera y Palma Salazar, alegando que habían matado a 26 familiares de su ex jefe.

Pero la guerra no disminuía: por el contrario, ocurrió al año siguiente el enfrentamiento que lanzó a la fama pública a El Chapo y El Güero, cuando ellos y los Arellano Félix escenificaron la balacera afuera del aeropuerto de Guadalajara, con siete víctimas mortales, entre ellas el cardenal arzobispo de Guadalajara Juan Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de 1993.

El ChapoGuzmán fue capturado, por primera ocasión, en junio de 1993, en la frontera México-Guatemala. El Güero Palma fue arrestado también en junio, pero de 1995, cuando cayó por tierra el Learjet en el que viajaba de Ciudad Obregón, Sonora, para acudir a una boda en Guadalajara, Jalisco.

El azar le hizo una mala jugada, pues el jefe de la región militar, general Jesús Gutiérrez Rebollo, ordenó cerrar varios aeropuertos para capturar al ocupante principal de la aeronave, pensando que era uno de los Arellano Félix. Resultó ser El Güero Palma, quien se había refugiado en una casa de Zapopan gravemente herido.

Al año siguiente era encarcelado el mismo general Gutiérrez Rebollo, bajo la acusación de haber protegido al capo Amado Carrillo Fuentes y, en su nombre, perseguir a los Arellano Félix. Los mismos sicarios de Tijuana que estuvieron cuando fue acribillado el cardenal Posadas en el aeropuerto de Guadalajara llegaron al restaurante Bali Hai, en la principal avenida de la ciudad de México, Insurgentes Sur, en donde no pudieron asesinar a Amado Carrillo Fuentes en noviembre de 1993.

Félix Gallardo y Don Neto siguen tras las rejas. Los dos están viejos y enfermos, y no hay visos de que algún día puedan recobrar su libertad. A un sector del gobierno le gustaría dar el mismo destino al ex gatillero de ambos, El Güero Palma. Pero no puede juzgarlo dos veces por los mismos delitos. Inventarle nuevos cargos se vería cruel. A no ser que se le encarcele, con cálculo perverso, para liberarlo meses después.