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Persiste contaminación en laguna de Cajititlán

Anhelo. Trabajadores de la zona recuerdan la obtención de más de 200 kilogramos de peces diarios; hoy no aspiran a más de 10. (Foto: Grisel Pajarito)

La muerte de un número indeterminado de popochas hace algunas semanas en la laguna de Cajititlán, en Tlajomulco de Zúñiga, activó los mecanismos de contingencia ambiental que ya existen en torno al ecosistema. La movilización de las 100 personas que conforman el grupo de reacción hizo posible que limpiaran las aguas del cuerpo de agua con rapidez.

El evento en esa ocasión no fue tan grande; sin embargo, autoridades municipales no descartan que ocurra otro caso similar de mayor tamaño.

Cuando Roberto comenzó a pescar, hace ya más de cinco años, dice que sacaba hasta 60 kilogramos de pescado al día, hoy no se puede aspirar a sacar más de 10 kilogramos al día. En estos tiempos las cooperativas ven con nostalgia el pasado, pues la producción diaria era bastante respetable.

La contaminación acabó no sólo con el sustento de muchas familias que viven a las orillas de la laguna de Cajititlán, sino con ésta misma.

Según Miguel Ángel León Corrales, director de Cajititlán Sustentable, la mortandad de los peces es el corolario de un problema que lleva años: “Hay contaminación en la laguna, son muchos años de no hacer nada y la contaminación ahí todavía existe”.

Este problema es multifactorial ya que hasta hace relativamente poco se vertían aguas residuales sin tratar. Esto aunado con los fosfatos y nitratos de los cultivos aledaños a la laguna, que llegan a sus aguas por derrames, que dan cabida a la proliferación de algas que consumen casi todo el oxígeno del agua. Eso dispara la mortandad en la laguna.

“Uno de los principales problemas que tiene la laguna es la baja cantidad de oxígeno, y precisamente por eso se mueren los peces, porque hay demasiadas algas en la laguna, hay contaminación por nitratos y fosfatos, y hay contaminación por aguas residuales sin tratar, y esto hace que cuando haya una disputa por el oxígeno entre las algas y los peces, las algas ganan y por eso los peces mueren”. Comentó León Corrales.

El Municipio toma medidas

Roberto forma parte de los trabajadores que intentan sanear las aguas de la laguna de Cajititlán. Él trabaja contrayendo y manteniendo humedales artificiales a la orilla de ésta

“A lo mejor, a futuro, ojalá y sirva a que se limpie la laguna, igual que como estaba antes, cuando los compañeros sacaban 200 kilos diarios (de pescado)”.

Esto aunado con dos aireadoras que inyectan 500 mil litros de aire a las aguas de Cajititlán y la construcción de 100 biofiltos que flotarán libremente, que pretenden atacar el problema de la contaminación.

De la misma forma, el Municipio prevé que en mes y medio ya se encuentren en funcionamiento las tres plantas para tratar aguas residuales a más del doble de su capacidad, las cuales hasta el momento pueden procesar 77 litros de agua por segundo.

Finalmente, se pretende cambiar de forma radical la agricultura de la zona. Por medio del programa de composteo, el Municipio espera que los agricultores de la zona cambien sus prácticas de cultivo para utilizar cada vez menos agroquímicos que terminan en la laguna gracias a los derrames y las lluvias. Según autoridades, desde abril las 120 toneladas de popochas pescadas han sido transformadas en más de 600 toneladas de composta.

Hasta el momento se suman 100 hectáreas que cambiaron a un método de cultivo orgánico, con aras a que eventualmente todos los agricultores adopten un esquema sustentable.

“Uno de los principales problemas que tiene la laguna es la baja cantidad de oxígeno, y esto hace que cuando haya una disputa por el oxígeno entre las algas y los peces, las algas ganan y por eso los peces mueren”
León Corrales, director de Cajititlán Sustentable

EH/I