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Cuando la burocracia impide la búsqueda

Citaré algunos casos en los que la burocracia obstaculiza la búsqueda de personas desaparecidas.

Primero: el pasado lunes, el académico Víctor Manuel González Romero dio a conocer una tabla con al menos 37 casos de desapariciones en las inmediaciones de la Nueva Central Camionera. Desde 2022, el gobierno estatal eliminó de sus registros el último lugar donde se supo de las víctimas, un dato clave para establecer la sábana de llamadas y la geolocalización de los celulares.

En 2024, familiares de víctimas denunciaron que la Central Camionera de Tlaquepaque era un punto de enganche con falsas ofertas de empleo, y que el número de desaparecidos podría alcanzar los 100 casos.

Segundo: el 1 de enero de 2025 entró en operaciones la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas. Aún sin oficinas propias y operando dentro de la Comisaría de Zapopan, su personal es escaso. Una fuente interna me reveló que deben ser extremadamente reservados con la información porque no confían plenamente en la Fiscalía Estatal ni en la Comisión Estatal de Búsqueda.

Tercero: el hallazgo de un campo de reclutamiento y exterminio en Teuchitlán puso de nuevo el tema en la mañanera. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció un decreto para fortalecer la Comisión Nacional de Búsqueda, dependiente de la Secretaría de Gobernación. Arturo Medina Padilla, subsecretario de Derechos Humanos, aseguró que este decreto incluirá más personal, tecnología y recursos para homologar los mecanismos de búsqueda en los estados. También habrá más coordinación con la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y el uso de drones y georradares para el análisis de contexto.

En su libro Nexus (2024), el historiador Yuval Noah Harari justifica la burocracia como un medio para organizar y sistematizar las prácticas en las instituciones. Sin embargo, también advierte que su exceso nos aleja de la realidad, sacrificando la verdad en aras del orden. “Al inventar un nuevo orden e imponérselo al mundo, la burocracia distorsionó extraordinariamente los conocimientos que la gente tenía del mundo”.

La burocracia tiende a convertir la realidad en números, reduciendo la empatía y contribuyendo a la banalidad del mal. Ejemplo de esto fue el ejecutómetro utilizado por algunos medios durante el sexenio de Felipe Calderón o el actual Registro Nacional de Personas Desaparecidas, que cada día suma cifras sin rostro.

Mientras tanto, con picos, palas y varillas, las madres de los desaparecidos han hecho más por encontrar a sus seres queridos que los miles de millones de pesos destinados a este propósito. ¿Cuándo reconoceremos el conocimiento que han forjado en medio del dolor?

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GR