Revela la otra cara de Pancho Villa

Montado en su caballo cruzando la sierra, Francisco Villa no sólo se aprendió los caminos, sino que dejó parte de su historia en ellos. Algunas partes heroicas que todavía hoy inspiran ideales revolucionarios contra el autoritarismo, otras un poco turbias, historias que protagonizó el bandolero Doroteo Arango y que tienen que ver con trata de ganado, robos y otra serie de acciones criminales a la época.

En su más reciente libro, Jesús Vargas Valdés explora una etapa en la vida de Francisco Villa, o Doroteo Arango, poco conocida, la de su experiencia como bandolero que desde los 12 años se supo diferente al resto de los niños y, luego, instruido por hombres de ese mismo oficio como Heraclio Bernal e Ignacio Parra Macías.

El autor señaló en entrevista con NTR que cuando comenzó a contar esta historia, interesado por los archivos y escritos biográficos que narraban esta etapa de su vida decidió emprender una búsqueda más especializada y compartirla con aquellos que quieren entender mejor el fenómeno de la Revolución mexicana.

“Encontré en la mayoría de las personas interesadas en el tema una especie de reticencia a reconocer esta etapa de la vida de Villa, la etapa de bandolero, como si algunos de estos hechos mancharan la imagen del héroe de la Revolución que muchos conocen”, dijo. “Entendí pronto que nunca podría ser así”.

Según Jesús Vargas Valdés, esta etapa fungió de alguna manera como una escuela para lo que haría Villa en la guerra, no sólo practicó ahí para ser un experto tirador y un gran jinete sino que “amasó un gran conocimiento sobre geografía y de los recursos naturales de la región”, escribió en el libro. Villa mismo contó a uno de sus biógrafos que es durante esta etapa donde reconoció la avaricia de los ricos, que roban con impunidad.

“Durante esta etapa no se tiene registro de que durante su vida haya atesorado ninguna fortuna, no hay evidencia de que haya asesinado ni usado sus armas para asaltar a los pobres. Tenía un espíritu de constructor”, contó el autor.

Vargas Valdés no quiso actuar como una especie de defensor de Francisco Villa y de la parte de su vida que, por supuesto no sale en los libros de historia, sino que quería mostrarlo como un personaje humano, muy complejo, cuyos ideales respecto al pueblo y a la distribución de riquezas durante el porfiriato fueron parte de sus acciones fundamentales como estratega de la revolución.

“No hice sino describirlo como lo describen los documentos. El reto más complejo fue encontrar la mayor cantidad de fuentes directas posibles. Actas, documentos que contaran parte de su vida antes de la Revolución además de las crónicas que hicieron en su vida sus biógrafos y en las que uno se tiene que fiar de que al hablar de su vida era honesto y transparente”, dijo.

Para leer esta historia, basta dejar a un lado los mitos y las leyendas que existen alrededor de este personaje al que envuelve un halo de heroísmo. El autor de esta novela histórica señaló que tiene la intención de seguir investigando y explorar más los archivos que cuentan sobre su paso por el norte y sobre todo intentar de este modo entender de manera más profunda un fenómeno tan crucial para el país como la Revolución y, así, entender más de nosotros mismos e intentar vaticinar el futuro.

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FRASE

“El reto más complejo fue encontrar la mayor cantidad de fuentes directas posibles. Actas, documentos que contaran parte de su vida antes de la Revolución además de las crónicas que hicieron en su vida sus biógrafos”
Jesús Vargas Valdés, escritor

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