Jalisco sin voluntad para descontaminar Río Santiago

Cuando el niño Miguel Ángel cayó al Río Santiago y murió por la contaminación del agua, los gobiernos de Jalisco y municipales se comprometieron a sanearlo, pero a 14 años, la contaminación sigue igual, las omisiones e irregularidades continúan, denunció Arturo Gleason, ambientalista y especialista en temas del agua.

Reconoció que el tema es complicado, pero sin una verdadera voluntad de descontaminar el Río Santiago nunca se logrará, señaló que son miles de hectáreas, donde las empresas, industrias, granjas y fraccionamientos del Área Metropolitana de Guadalajara tienen permitido tirar sus contaminantes a las cuencas.

“Por lado la magnitud del problema rebasa a la clase política y máxime si no hay una voluntad sincera de quererlo resolver, porque obviamente se afectarían intereses de los diferentes actores, industrias, industria inmobiliaria se está urbanizando sin control y muchas veces los desarrollos no tienen tratamiento, entonces el ponerle un alto a la contaminación, ya es muy complejo y dos hacer que la ley se cumpla y que se haga un proyecto real afectaría los intereses, yo creo que como se dice vulgarmente se está dando atole con el dedo, pero en el fondo no hay una solución radical para resolver el problema”.

Arturo Gleason, quien documentó el caso de Miguel Ángel, recordó que hace 14 años no había tantos fraccionamientos alrededor del río y a pesar de conocer los riesgos de la contaminación, la cual ya había cobrado la vida de un menor de edad, los gobiernos municipales autorizaron más fraccionamientos, y actualmente la contaminación afecta a miles de personas más.

Describió que la contaminación es diversa desde descargas domésticas hasta industriales, y aunque por ignorancia o necesidad cientos de personas adquieren una vivienda cerca del Río Santiago, quienes autorizan los proyectos inmobiliarios son los Municipios, denunció Arturo Gleason.

Insistió que el primer paso que las autoridades deben seguir es supervisar las contaminaciones, medirlas y sancionar a los responsables, pero los gobiernos se niegan a implementar sistemas tecnológicos.

“Es una estela de complicidad, de omisiones, en donde yo creo que todas las autoridades están cometiendo errores, cuando debiera de estar muy claro que no debieran de estar en esa zona, debieran de supervisar las descargas se la sacan diciendo que no hay supervisores, pueden supervisar las áreas negras, un sistema de mando inteligente que pueda medir cantidad y calidad y en la pantalla puedes ver quién está contaminando es ridículo ahora en el siglo 21 decir que no puedes supervisar las descargas porque no tienen personal”. 

La apatía y falta de solidaridad de las personas fomenta la contaminación y si no hay solidaridad para exigir que estos temas se atiendan nunca habrá un cambio, sostuvo el especialista en temas del agua, Arturo Gleason, quien además invitó a los ciudadanos a hacer un esfuerzo y comprar productos biodegradables. 

EH