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Las iglesias ortodoxas y su papel en Rusia y Ucrania

En la actualidad, el cristianismo ortodoxo es la religión predominante en Bielorrusia, Bulgaria, Chipre, Georgia, Grecia, Moldavia, Montenegro, Macedonia del Norte, Rusia, Rumanía, Serbia y Ucrania. 

La invasión putiniana de Ucrania también tiene un objetivo religioso, pues los fieles ortodoxos de las iglesias de Moscú y Kiev suman más de 140 millones de un total de 220 millones en el mundo. 

Uno de los argumentos de Putin para la invasión de Ucrania es la declaración del primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Ucrania, fiel a Moscú, que Putin configura como perseguido por los separatistas y en defensa de cuyos fieles habría intervenido. 

El Patriarca Onofre, sin embargo, dice lo contrario y acusa a Putin de cometer el mismo pecado que Caín, al matar a su hermano. El texto de Onofre da al traste con la narrativa del Kremlin. 

“Como Primado de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, hago un llamamiento a usted y a todos los ciudadanos de Ucrania. Rusia ha iniciado una acción militar contra Ucrania, y en este fatídico momento les insto a no entrar en pánico, a ser valientes y a mostrar amor por su patria y por los demás. Los insto, en primer lugar, a intensificar la oración de arrepentimiento por Ucrania, por nuestro ejército y nuestro pueblo, a olvidar las disputas y malentendidos mutuos y a unirnos en el amor a Dios y nuestra patria”. 

“En este momento trágico, ofrecemos especial amor y apoyo a nuestros soldados que montan guardia y protegen y defienden nuestra tierra y nuestra gente. ¡Que Dios los bendiga y proteja!”. 

“En defensa de la soberanía y la integridad de Ucrania, apelamos al presidente de Rusia y pedimos el fin inmediato de la guerra fratricida”. 

“Los pueblos ucraniano y ruso salieron de la pila bautismal del Dniéper, y la guerra entre estos pueblos es una repetición del pecado de Caín, que mató a su propio hermano por envidia. Tal guerra no tiene justificación ni con Dios ni con los hombres”. 

“¡Hago un llamado a todos al sentido común, que nos enseña a resolver nuestros problemas terrenales en el diálogo mutuo y la comprensión mutua, y espero sinceramente que Dios nos perdone nuestros pecados y la paz de Dios reine en nuestra tierra y en el mundo entero!”. 

Para los estudiosos de los conflictos mundiales, la guerra Rusia-Ucrania, se da en un contexto mundial sin árbitros, basado en una ONU inexistente, y la disputa de la guerra está en los éxitos y fracasos de los combatientes. 

En Kiev, capital de Ucrania, Moscú está representada por la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, encabezada por el metropolita Onofre. Mientras que Epifanij es la metropolitana de la iglesia nacional ucraniana fundada en 2018. 

En este complejo marco religioso, se encuentra la iglesia greco-católica de Ucrania, en “plena comunión” con Roma, dirigida por el Arzobispo Mayor Sviatoslav Schevchuk. Tanto la Iglesia ortodoxa de Ucrania, con el apoyo del patriarca Bartolomé, como la Iglesia católica griega, condenaron enérgicamente la invasión. 

El patriarca moscovita Kirill, considerado un putiniano de hierro, en su mensaje nunca utilizó palabras de condena, sino que evocaba una paz genérica entre “las partes en conflicto”. Además, Kirill reiteró la hegemonía ortodoxa rusa sobre Ucrania: “Los pueblos ruso y ucraniano tienen una historia común centenaria que se remonta al bautismo de Rus por el santo príncipe Vladimir, igual a los apóstoles”. 

Se evidencia así, que uno de los objetivos de la invasión es también aniquilar a la Iglesia ortodoxa de Ucrania y restablecer la primacía rusa sobre el Patriarcado de Kiev. 

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