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El Premio Ciudad de Guadalajara 2023

A Cristina

 

Cuando algún periodiquero estúpido le echó en cara a Chavela Vargas que se dijera mexicana sin haber nacido en nuestro país, ella respondió con su encantadora rispidez que “los mexicanos tienen el derecho de nacer donde les da su… gana”. Asimismo, podría decir de Jalisco don Alberto Gómez Barbosa, uno de los mejores fotógrafos que en mundo han sido, por haber enterrado su ombligo en Yurécuaro, Michoacán, en el lejano 1936.

“La vaca no es de donde nace, sino de donde pace”, reza un dicho popular y, si nos queremos poner más serios, diremos que los seres humanos pertenecen al lugar al que le tributan sus esfuerzos e interés. ¿Cuántos nacidos aquí se dicen jaliscienses y desconocen por completo lo que es Jalisco y lo que se hace en él y, peor aún, suelen denostar las cosas nuestras mientras tributan grandes reverencias a lo que sucede y se hace fuera?

Como estableció Luis González, el gran historiador de San José de Gracia, Michoacán, cada quien debería ver el mundo desde donde tiene sentadas sus raíces, aunque insista también en que hay que abarcar lo más que se pueda a partir de él.

Es lo dicho la base para sustentar y acallar quejas de críticos hocicones, que Alberto tiene perfectamente establecido el centro de su universo en la capital de Jalisco y, a partir de ella, pretende abarcar lo más que puede y enriquecerse con ello.

Pocas veces, en síntesis, se ha concedido con más atingencia el anual premio Ciudad de Guadalajara, que se entrega hoy, en el 481 aniversario del establecimiento de nuestra ciudad en este valle de Atemajac.

Pero vale señalar que la trayectoria de quien puedo presumir como entrañable amigo, como si fuera un destacado varón del Renacimiento, toca muchas teclas más. Le hace también a cronista del pasado y lo hace muy bien, le hizo al periodismo de igual manera espléndidamente, a pesar de lo cicateros que resultan algunos periódicos locales; fue un excelente jugador de futbol con grandes coequiperos, por cierto, entre los que se hallaba el suscrito (sic)…

No puede ignorarse tampoco su trabajo como locutor de tema principalmente deportivo en Notisistema y después de asuntos culturales en la XEJB, la emisora del gobierno de Jalisco.

Pero su mero mole –no lo perdamos de vista– es la fotografía. Medio centenar de exitosas exposiciones por diferentes países y en su propia sede lo avalan como uno de los mejores: la primera individual data de 1967, en la Casa de la Cultura Jalisciense cuando ésta en verdad funcionaba. Luego correría por Aguascalientes, Colima, Baja California (con la que tiene tantas ligas), Brooklyn, Miami, Nueva York y hasta Michoacán… en consecuencia muchas obras suyas se exhiben en museos de importancia.

Asimismo, ha ilustrado con sus “disparos” unas tres decenas de libros jaliscienses, sevillanos, japoneses, ticos, etc., además de que, por una cosa o por otra, ha sido galardonado de muy diversas maneras por no pocos conglomerados: arquitectos, historiadores, pintores, gobiernos, instituciones académicas, etc., a lo que se suma la autoría de casi una docena de textos de tema tapatío: jardines, fuentes, habitantes, murales, personajes y más.

Fue en 2011 cuando apareció una obra magnífica: el librito titulado Luz y sombra que reúne una vasta selección de fotografías de su autoría, en las que se aprecia no solo su capacidad descriptiva sino además su extraordinaria calidad artística.

Creo poder anunciar también que, pronto, asumirá la presidencia de una importante asociación cultural de Jalisco, con lo cual seguramente podrá ésta levantar cabeza. A las pruebas me voy a remitir…

Lo cierto es que podemos congratularnos por la entrega de este premio mayor tapatío con tanta justeza. Gracias a ello el reconocimiento mismo sube de categoría, porque lo cierto es que no han faltado premiados que más bien han servido para degradarlo. En este caso me permito felicitar al presidente municipal y a su equipo por su atinada selección.

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jl/I