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El abogado de los amparos
Porque nos la quitaron
Donde antes había árboles de huizache y mezquite, ahora hay plantaciones de agave y aguacate. Así avanza la deforestación en Atoyac y ya provoca la migración masiva de abejas a otros municipios o estados, pues al no encontrar alimento en la zona se van en busca de otros árboles y flores.
Pero no es el único factor que aleja a estos insectos, pues el uso de agroquímicos en los campos de agave y aguacateros también causa la muerte de cientos de colmenas y, por ende, que la producción de miel disminuya.
Así lo contaron Miguel Ángel Cruz y Araceli Paniagua, apicultores que producen y venden la miel Flor de Atoyac, y quienes han sufrido los estragos de las prácticas de producción del llamado “Gigante Agroalimentario de México” desde hace más de cinco años.
“Anteriormente llegaban 50 abejas con enjambres, y ahora llegan muy pocas o no llegan. En noviembre pasado, por ejemplo, que es la cosecha fuerte, de sacar 100 cubetas, nos fuimos a 15 cubetas, o ahora en abril, antes llenábamos 10 cubetas y ahora una o dos”.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Apicultores de Guadalajara, Alfonso Díaz, comentó que la producción de miel también se ve mermada por el cambio climático y los cambios de uso de suelo para sembradíos de agave.
“Las abejas ya no tienen donde estar, las abejas migran a las sierras y no hay árboles melíferos en algunas zonas (...) Aunado a eso, cuando fumigan con glifosato el agave lo hacen con drones y se esparce por el aire, matando a cientos de colmenas”.
De entre sus múltiples fuentes de alimentación, las abejas recurren a los árboles de mezquite, palo dulce, huizache, palo rosa y pitayo, pero en Jalisco cada vez hay menos y muchos de los que siguen en pie se están secando.
Por esa razón y para sumar a la apicultura, Miguel y Araceli crean una reserva ecológica en el poblado de Techague, en Atoyac, en donde también buscan captar agua pluvial para los ejemplares arbóreos y con ello preservar su apiario.
jl/I