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Quinto Patio

La Encuesta Nacional sobre Salud Financiera 2023, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) evaluó el nivel de estrés financiero que experimentó la población en el país. Lo analizó con factores como la dificultad para cubrir gastos básicos, la acumulación de deudas, la incertidumbre sobre el futuro financiero y la preocupación por tener que gastar dinero en imprevistos. El indicador de estrés financiero para el país fue de 59.5 puntos. La entidad con mayor nivel de estrés financiero fue la Ciudad de México (69.5 puntos).

Los jaliscienses padecen en promedio 58.0 puntos. El estrés financiero ocasiona ansiedad, tristeza, frustración e irritabilidad; problemas fisiológicos como dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales, cambios en la presión arterial. O problemas de sueño o alimentación, o problemas sociales o de otro tipo, como conflictos con familiares o en el trabajo. ¿Se siente neuras? Revise su estrés financiero, plis.

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Si nos preguntamos por qué la tortura sigue existiendo, la respuesta es porque en Jalisco no la castigan y, por lo tanto, tácitamente se les da permiso a los servidores públicos para seguirla utilizando. Esto tiene sus consecuencias: se mantiene a inocentes en prisión y a culpables en las calles. En la entidad, son más de mil 600 las denuncias en nueve años y cero castigos. Ninguna persona ha sido sentenciada por haber cometido tortura; o sea, con una efectividad del cero por ciento.

Caminos para que esto cambie hay muchos, uno de ellos puede ser crear una fiscalía especializada, pero las autoridades no quieren, aunque la Suprema Corte de Justicia de la Nación se los ordenó. ¿Por qué? Una pregunta que no necesita respuesta expresa.

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El gobierno del estado tiene sorpresas: a-se-gu-ró ayer que “revivió” el río Santiago. Imaginamos que, con esa resurrección del afluente, los vecinos de El Salto y Juanacatlán ya pueden meterse a bañar sin temor de que acaben despellejados, ciegos o moribundos; y dejar atrás los incómodos cubre bocas porque desaparecieron los fétidos aromas; y las descargas de aguas residuales son cosa del pasado, gracias a ejemplares sanciones a los contaminantes dueños de cientos de porquerizas, fincas, talleres y empresas; ya no habrá más enfermos renales, ni de cáncer, ni de otras enfermedades; los pescadores que hace décadas lanzaban sus redes al afluente pagarán una “manda” a Talpa; el turismo será una nueva opción en la cuenca, habrá tours para disfrutar paisajes majestuosos, se podrán practicar deportes como la natación o el remo, y se prevé un millonario proyecto de ecoturismo que generará empleos.

Ya pueden regresar los de Greenpeace para, sin protegerse con trajes especiales, subirse a una lancha al, ahora sí, de a devis, Niágara mexicano. Sin espuma, sin mosquitos, sin basura, sin contaminación, el “revivido” afluente podrá presumirse en los foros internacionales contra el cambio climático, como un ejemplo a seguir, gracias a Jalisco y su administración alfarista. Y como el agua del río Santiago ya es casi cristalina, cualquiera puede echarse un buche con la seguridad de que su estómago se los agradecerá. Y para demostrarlo, dicen que altos funcionarios estatales están prestos a ir por su ración de agua y, sin hacer gestos, como va, tomarla… ¡Ajá!

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jl/I