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Información incorrecta y alarmismo en TikTok

En los últimos años en las redes sociales los usuarios no solo se han dedicado a subir noticias, videos graciosos, fotografías de salidas o viajes, sino que ahora los llamados influencers se dedican a dar orientación y consejos a sus seguidores. Así, podemos encontrar tutoriales para maquillaje, para comprar ahorrando, para preparar recetas de cocina, etcétera. Desafortunadamente, la salud mental no ha quedado exenta de recomendaciones y diagnósticos falsos.

Los influencers de la red TikTok suben materiales donde nombran características físicas, gestos, posturas corporales o ciertas conductas y con ello afirman que alguien tiene algún trastorno psiquiátrico o es una persona con problemas mentales.

Por supuesto que dicha información carece de citas, fundamentos o lineamentos diagnósticos; además, las personas influencers en su gran mayoría no tienen formación en el campo de psicología o medicina, mucho menos tienen posgrados de psicología clínica o psiquiatría. A todas luces actúan sin ética y responsabilidad civil, y su información termina malinformando y generando angustia en muchos usuarios de las redes sociales.

En mi consulta privada a menudo llegan personas muy preocupadas porque, “según ellas”, tienen un diagnóstico psiquiátrico que limitaría su vida o afectaría a sus seres queridos. Ya no solo se consultan síntomas en algún buscador (una práctica para nada recomendable), sino que ahora un video corto de menos de un minuto te puede confundir y derivar en alguna crisis psicológica y hasta en ocasiones buscar la automedicación.

En una charla con colegas dedicadas a la evaluación y tratamiento del espectro autista (personas con más de dos posgrados afines al tema y 15 años de experiencia) se me contó que en su consulta han recibido a personas que afirman que ellas o sus hijos tienen autismo con base en que presentan todos los síntomas que señalan los videos de TikTok; sin embargo, evaluaciones practicadas han arrojado resultados negativos, a lo que se molestan y desconfían de las expertas, incluso les refieren que irán con alguien más, ya que están convencidas de sí tener el problema y necesitar ayuda.

El mal uso de las redes sociales genera muchos problemas y más cuando hablamos de un tema tan importante como la salud mental. Estas redes están teniendo tristemente mayor credibilidad que los profesionales de la salud y comprometiendo el trabajo de miles de personas que han dedicado su vida al estudio del tema.

Necesitamos influencers responsables y preparados que sí orienten adecuadamente.

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GR