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De alto riesgo, la avenida Inglaterra

Colonos de la zona de avenida Inglaterra y López Mateos dicen que más que accidentes con el tren, lo que persiste es la inseguridad. (Foto: Grisel Pajarito)

Para vecinos, transeúntes y automovilistas, el cruce del tren de avenida Inglaterra y López Mateos representa doble peligro, pues no sólo existe la exposición a accidentes viales, sino que aseguran que existe inseguridad en la zona debido a violencia y asaltos, incluso por parte de migrantes.

“Hay accidentes porque los automovilistas y camiones son inconscientes al cruzar. Y zona peligrosa sí es, o sea, por los inmigrantes. He visto que tiran animales para que los apachurren; los migrantes, por el tren, pues andan robando en los coches y a la gente”,  aseguró Luis Rogelio García.

“Sí hay choques es por el automovilista, ha habido accidentes, pero no graves. Es más violencia y robos”, mencionó Susana Rivera.

“Es peligrosa porque roban carros y rompen cristales, de hecho, a varios de la escuela les han dado un cristalazo y se han llevado el carro, sé como de tres personas que les pasó así”, señaló Jafet Milanés.

“Es un paso peligroso y más porque está solo. Me da miedo porque a veces andan ahí por las vías. Hay robos, ya han asaltado a varios, los accidentes se dan de vez en cuando, pero es también un peligro”, comentó Margarita Baltazar.

“Es peligroso el cruce para nosotros los automovilistas sólo cuando otros autos se pasan o se hacen los valientes y quieren ganarle al tren, cuando ya lo tienen a unos metros. Y por otro lado, los migrantes a veces son agresivos cuando te piden dinero, forzosamente quieren que les des y agrégale los asaltos de pandilleros, a mí ya me tocó, cuando hay mucho tráfico y traes el vidrio abajo, te asaltan”, dijo Gerardo Capetillo.

Algunos refieren que han ocurrido muchos accidentes viales en este cruce, pero el de dos días atrás, cuando el conductor de la ruta 640 intentó ganarle al tren y éste golpeo la parte trasera, y donde se afectó a los pasajeros, ha sido el más aparatoso que pueden recordar.

“Sí ha habido muchos accidentes, pero fuerte no, el más grave fue el de ayer (viernes). He visto más como que están a punto de chocar, que paran a tiempo o entre dos autos, pero no precisamente por el tren porque éste les avisa, aunque no falta el tonto que quiera ganarle”, dijo Gabriel Sánchez.

“Me acuerdo de un choque hace unos dos años en el que dos autos se dieron en la madre y tuvieron que mover un carro porque le estorbaba al tren y es que ahí había unos niños. Fue estresante porque el tren pudo llevárselos si hubiera querido”, relató Horacio Padilla.

“Más que culpa del tren he visto como chocan porque no se fijan los automovilistas. Se dan uno contra el otro y hay valientes que se pasan cuando el tren y a algunos se les ha ponchado la llanta o se quedan atorados y ahí sí les da miedo, pero nada grave como el de ayer (viernes)”, expresó Tatiana Dávila.

Respecto a los migrantes, refieren que cuando consumen drogas, son agresivos y les piden dinero como una orden.

“Pues el problema con ellos es que algunos se drogan o andan borrachos y te exigen dinero. No todos, pero es que sí son molestos”, manifestó Pablo Salazar.

“Hay de todo, unos buenos y otros no, pero es que ya ha pasado que asaltan o son agresivos y te ofenden si no les das una moneda, porque algunos ya no te piden ni comida, sino dinero y te hacen dudar de su necesidad”, comentó Fabiola Márquez.

El eje Inglaterra

La avenida Inglaterra constituye un largo recorrido en paralelo con la avenida Vallarta y a sus magnificentes centros comerciales. Hay escuelas, residencias, tiendas, talleres, parroquias, restaurantes, fábricas, clubs privados para condominios privados y una gran afluencia vehicular. Aquí el vecindario que se asoma al camino de hierro pertenece a otro nivel social y su comportamiento oscila entre la tensión, la compasión, la alarma, la negación y la invisibilización. Es la parte noble de la ciudad y se puede considerar una frontera sociocultural que hace diferencia con las actitudes y acciones de sus habitantes y transeúntes respecto a los otros tres tramos considerados. Siendo que además es la que ejerce la hegemonía sobre las versiones del fenómeno de las vías y sus pobladores' que (…) se caracterizan por una "visible sartén indiferente". Quienes se posicionan en este espectro se preocupan porque estos desechables salgan de estos espartos asignados y no por la situación de vulnerabilidad extrema en que viven y los abusos que sufren, su actitud es "si no los veo, no existen'.

Hay colonos que quisieran integrar las vías al espacio público ocupándolas y ajardinándolas. Se asocian con la organización vecinal contra la construcción de un piso elevado de autopista sobre las vías. Están los pobladores que las "evitan' y se esfuerzan por disimularlas, los muros de sus cotos se enconchan dándole la espalda a esta línea gris, aparecen mallas a lo largo de los trayectos y con cierta coquetería, los fraccionamientos disimulan este mundo "oscuro" que los atraviesa con enredaderas, hiedra, bugambilias, disfrazando su visión descarnada. Cotos, como 109 de Villas de Asís, cuentan con guardias de seguridad privada que retiran a los migrantes impidiendo que pidan dinero en sus cercanías.

En términos amplios Guadalajara es hasta ahora una ciudad generosa con los migrantes donde se multiplican iniciativas de caridad no coordinadas. En los intermedios de las residencias donde hay servicios y comercios, los clientes salen de los restaurantes a ofrecer a los migrantes de comer, o les envían tortas, aguas, panes; el paseo dominguero por el Parque Metropolitano incluye que las familias se acerquen a llevar sus lonches a los habitantes de las vías.

Fuente: Migración de tránsito por la Zona Metropolitana de Guadalajara: Actores, retos y perspectivas desde la experiencia de FM4 Paso Libre (2013)


DN/I