Un ''bote-volador'' en Chile: la aventura de lo inverosímil

Los turistas que visitan la zona de los lagos, en el sur chileno, pueden todos los años navegar en un bote y volar en parapente, entre otros muchos atractivos, pero ahora también pueden volar en un bote.

Aunque suene inverosímil, y cueste pensar que el ingenio humano haya creado un bote con alas, el aparato existe y vuela en esta localidad lacustre, distante a 800 kilómetros al sur de Santiago, en la región de Los Lagos.

A primera vista, ver un bote de goma volando, y no a baja altura, llama la atención de todas las personas que visitan la zona, uno de los puntos turísticos más importantes de Chile que todos los años atrae a miles de visitantes.

Notimex tuvo la oportunidad de volar en este aparato por casi media hora y observar desde los aires el imponente volcán Villarrica, el inmenso lago del mismo nombre, los verdes y espesos bosques que circundan la zona y, por supuesto la localidad de Pucón y sus imponentes edificios y grandes casas de descanso.

Por cien dólares, fotografías y vídeo incluidos, los turistas tienen la posibilidad de colocarse un casco y sentarse tras el piloto de este pequeño hidroavión para vivir la adrenalina de volar en un bote de goma a unos 700 metros de altura, aunque también hay vuelos a ras del agua y a una velocidad no menor.

El piloto del aparato, el experimentado Christian Cid, dijo que el bote volador llegó a finales de la temporada de verano a Pucón debido a demoras que tuvo el fabricante de este ingenio.

“Se trata de un bote con un ala delta llamado Polaris. Gracias a la ayuda de un motor, el bote puede salir volando desde el agua o desde tierra, ya que también posee tres ruedas”, comentó Cid, quien lleva varios años volando este tipo de aparatos en Chile y el extranjero.

Detalló que “el bote tiene un motor italiano de dos tiempos y una hélice de tres palas que permite, gracias al ala delta, sacarlo volando. Es muy fácil de volar, es muy seguro y por sus características llama mucho la atención acá en Pucón”.

Cid agregó que el bote volador tiene una autonomía de cerca de 4 horas y puede llegar sin problemas a los 3 mil metros de altura, lo que permite llegar a la cima del volcán Villarrica sin problemas y observar su cráter siempre humeante desde muy cerca.

De esa forma, por los cielos de Pucón ahora no sólo circundan los parapentes y las aves, sino también este bote que obliga a los turistas a, en primer lugar, afinar la vista para comprobar si es cierto y, luego, tratar de explicarse cómo algo natural del agua se desplaza por el aire sin problemas y con una particular agilidad.

HJ/I