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El Tri Sub-23, a cinco años de la medalla de oro

(Foto: Especial)

Un día como hoy, México alcanzó uno de sus mayores logros a nivel futbolístico: la conquista por primera vez de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. El escenario fue el mítico Estadio de Wembley  y el rival, la siempre favorita selección de Brasil que contaba con figuras estelares como Neymar y Marcelo.

Antes de la justa deportiva, en realidad, los pronósticos para el representativo mexicano eran reservados, de hecho, no aparecía entre los favoritos para al menos llegar a la Final por las circunstancias que habían rodeado a aquel equipo dirigido por Luis Fernando Tena.

Un año antes, dicho grupo sufrió una fuerte sacudida cuando ocho jugadores fueron suspendidos por seis meses por realizar una fiesta con mujeres en el hotel de concentración de Quito, Ecuador donde habían disputado un amistoso ante la selección de dicho país.

Entre aquellos jugadores estaba Marco Fabián, quien después brillaría los Juegos.

Pese a todo, la base de la selección Sub 23 participó y ganó el oro en Panamericanos de Guadalajara 2011, y después el Torneo de Toulon.

Sin embargo, en los amistosos dejaba muchas dudas, las mismas que sembró de manera alarmante en el debut el 26 de julio ante Corea del Sur con un empate de 0-0.

Con el primer resultado poco se esperaba entonces ante el rápido equipo africano de Gabón, y ante Suiza, que llevaba como base a la selección campeona del mundo Sub-17.

Fue entonces cuando el Tricolor se sublimó con la mejor versión de Giovani dos Santos con dos goles sobre Gabón, y después con el 1-0 sobre Suiza con gol de Oribe Peralta.

Ya clasificado a la siguiente ronda, México se topó con Senegal al que derrotó en un dramático partido en tiempos extras por 4-2.

Por segunda vez en su historia en Juegos Olímpicos, México alcanzaba la fase Semifinal (lo había logrado en 1968), y para trascender debía vencer a Japón. Una vez más, superando viejos fantasmas, México doblegó a los asiáticos por 1-0, para ir a una cita con su destino.

Todo estaba a favor de Brasil, pero desde el inicio en el juego decisivo en el pasto sagrado de Wembley, México no se intimidó, y le arrebató a la Verde Amarela la única presea que no había conquistado hasta ese momento en su larga historia en el balompié mundial.

Fue la tarde heroica de Oribe Peralta en la que abrió el marcador de manera sorprendente a los 28 segundos, y puso el segundo al 75. Para sumarle el drama acostumbrado a los finales de la selección, y hacer pensar que todo era un sueño, Hulk anotó para Brasil al 90.

Pero aquel día 11 de agosto, estaba escrito que México habría de cubrirse de oro.


GT