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¡Acá en la azotea! ¡Tendiendo!

Las buenas costumbres dictan que uno debe tender la ropa donde no se vea. Resulta de pésimo gusto dejar un tendedero de ropa a la vista, donde se note, donde los demás puedan ver tus calzones. En 1978, la artista Mónica Mayer bajó El tendedero al Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México para recabar en él respuestas a la pregunta: “Como mujer, ¿qué es lo más detesto de la ciudad?” La mayoría de las respuestas giraron en torno a la violencia de género ejercida en la urbe. Cuando la pieza se instaló en el museo, “sucedió una cosa curiosa”, explica la artista: “Las mujeres que visitaban la muestra se sumaron de manera espontánea, a pesar de ser un museo, tomaban las papeletas y agregaban su respuesta en la parte de atrás o en cualquier pedacito de papel que quedara. La hicieron suya”. En 1978 ya era un problema el acoso sexual y la semana pasada se supo que Jalisco rompió su récord de feminicidios durante el primer bimestre de este 2019: casi tres mujeres por día, 147 muertas.

Desde 1978 Mónica Mayer ha presentado El tendedero en muchos lugares fuera y dentro de México, en la calle o en museos, e incluso durante una marcha, donde se repartían los testimonios a quienes solamente observaban desde afuera del ruedo: ese espacio que, al parecer, otorga la suficiente autoridad moral para juzgar el mal gusto que significa la intimidad expuesta, aunque duela confesarla y escribirla y revivirla al contarla, aunque se sabe que quien denuncia también se convierte en foco de juicios, represalias y amenazas, aunque contenga violencia, terror, injusticia y muerte. En una escuela donde Mayer fue invitada a realizar la pieza, se instaló una alarma en cada inodoro del baño de mujeres para alertar a tiempo sobre una situación de acoso. Durante toda su historia de más de 40 años, El tendedero de Mayer ha hecho visible un problema grave y recabado miles y miles de experiencias desde miles y miles de víctimas que necesitan saberse escuchadas y acompañadas, pero que también se ha convertido en documento artístico, histórico y político, en acontecimiento público, sí, palpable y valiente.

Cualquier parecido de lo expuesto en esta columna con la realidad no es mera coincidencia. Es a propósito.

@doloresgarnica

JJ/I