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Quinto Patio

En las noches de insomnio de funcionarios del gobierno estatal y los ayuntamientos metropolitanos, ya dejaron de contar un borreguito, dos borreguitos, tres borreguitos… ahora, cuentan una lluvia, dos lluvias, tres lluvias… Y es que el temporal en curso ha dejado muertes, inundaciones, vehículos varados, charcotes, árboles caídos, sustos, colonias sin energía eléctrica, semáforos apagados, etcétera. Solo que, a los padecimientos ya vueltos tradicionales, se añade la notable presencia de arroyos crecidos durante los aguaceros, que lamentablemente han ocasionado tragedias.

Pero no se quedan ahí los desafíos urbanos que representan las lluvias. Ayer, durante la madrugada, apareció un megasocavón en la congestionada avenida López Mateos. El calificativo mega no es gratuito, dadas las dimensiones y profundidad del agujero en la agobiada vialidad. Además de las causas que originaron el tremendo socavón, como la intensa lluvia, y que dio a conocer el gobierno estatal, lo que no dijo es que lo ocurrido pudo prevenirse. Mínimo debieron revisarse los puentes o monitorear los niveles del agua, como advierten especialistas. ¿Y los municipios qué dicen sobre su responsabilidad?

Por eso, funcionarios municipales y estatales ya cuentan en sus insomnios, “un arroyo, dos arroyos, tres arroyos…”.

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Como el gobierno de López Obrador no les hace caso a las peticiones del gobernador Enrique Alfaro de que sean arregladas las carreteras federales, los jaliscienses padecemos las consecuencias. Son tramos deteriorados que representan riesgos para los conductores y vehículos. Una llanta ponchada, suspensiones dañadas, kilómetros con baches que parecen cráteres, peligro de accidentes son la realidad de esas carreteras.

Alfaro ya reconoció que por más oficios que manda a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, no hay respuestas. Ni lana, según le argumentan. Y está en puerta una reunión entre lunes y martes con el presidente López Obrador. De nuevo, protestas y sufrimientos de poblaciones afectadas, en este caso usuarios de carreteras, no cuentan; sí, las reuniones entre cúpulas gobernantes.

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Y, en más de las autoridades federales, de enero a junio de 2024 se registraron 2 mil 353 averiguaciones previas y/o carpetas de investigación del fuero federal. La cosa es que esta cifra está muy por debajo de la que se registró en 2016, que fue de 4 mil 287, y la de 2018 cuando fueron 7 mil 057 casos, de acuerdo con un análisis del Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco.

Es notable la disminución en las denuncias y carpetas abiertas, sobre todo en una entidad con altas dosis de violencia.

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Ya está el reto sobre la mesa. La asociación Un Salto de Vida invita al gobernador Enrique Alfaro Ramírez a dejar las palabras, los videos y toda la faramalla que trae por el tema del río Santiago y que compruebe que ya está revivido.

A ver, antes de estar contaminado, la gente podía entrar sin riesgo alguno al río Santiago; si ya está limpio otra vez, ¿por qué no entrar a echarse una nadadita? Ese es el reto.

Si el gobernador va la zona de la cascada y entra a nadar (claro, si aguantó los olores primero), entonces le creerán. Si no lo hace, pues todo es pura palabrería (muy cara, por cierto).

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jl/I