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Violencia normalizada y omisiones de autoridad, factores en desapariciones

SIGUE ILOCALIZABLE. En el foro participó el padre de Héctor Daniel Flores, quien fue desaparecido de forma violenta en mayo de 2021. (Foto: Especial)

La normalización de la violencia desde la sociedad y las omisiones e incluso complicidades de las autoridades son elementos que permiten que grupos armados y en caravana, incluso a plena luz del día y en zonas concurridas, puedan irrumpir en una casa y llevarse por la fuerza a una o más personas, coincidieron especialistas dentro del foro Desapariciones violentas en Jalisco.

El conversatorio derivó de la investigación “Usan violencia para desaparecer a 1,248”, publicada en NTR la semana pasada, y en él participaron Héctor Flores González, padre de Héctor Daniel Flores, joven desaparecido de forma violenta en mayo de 2021; Anna Karolina Chimiak, codirectora del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad); Carmen Chinas, integrante del Comité de Análisis sobre Desaparición de Personas de la Universidad de Guadalajara (UdeG), y Oscar Balmen, periodista.

Como parte del análisis realizado, quienes participaron coincidieron en que el Estado mexicano es corresponsable de que se den estas desapariciones.

“Muchos de estos casos demuestran la existencia de los vínculos y colusión entre grupos criminales y autoridades municipales, además la ausencia de medidas necesarias para investigar los hechos (…) el apoyo, aquiescencia, autorización de las autoridades en los hechos de desapariciones. Es imposible, sobre todo cuando hablamos de desapariciones de varias personas en un mismo evento, que las autoridades municipales o estatales no supieran nada o no registraran nada sobre estos eventos”, mencionó Chimiak.

En ello coincidieron Chinas y Balmen, quienes consideraron que es casi imposible que las autoridades no reciban llamados al 911 o que cámaras de seguridad no capten casos de este tipo en tiempo real.

Por su parte, Flores González lamentó la apatía de la población que normaliza este tipo de violencia tanto en desapariciones como en homicidios. Consideró que ya no hay sorpresa, indignación ni exigencia a las autoridades pese a que la desaparición es un delito de lesa humanidad.

jl/I