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Raíces de tormenta

Construir puede llevar muchos años y hasta generaciones, destruir ocurre en un parpadeo

María Amparo Casar

 

Algunas acciones –aunque bien intencionadas– pueden resultar contrarias a lo planteado o incluso ser contraproducentes, como un mal diagnóstico o un medicamento mal prescrito. Durante el sexenio de López Obrador (AMLO), diversas políticas públicas implementadas en el país generaron resultados adversos o negativos debido a una combinación de factores relacionados con su diseño, implementación, contexto y evaluación.

En otras ocasiones hemos reflexionado en torno a los proyectos fallidos, impactos negativos, decisiones equivocadas, justificaciones persistentes y mentiras recurrentes que caracterizó el sexenio de AMLO. Todo ello ha sido detallado en múltiples análisis académicos y textos de expertos. Ante ese panorama, surgen dos interrogantes: primero, ¿cómo afecta al arranque del nuevo gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum Pardo (CSP)?; y segundo, ¿qué debe hacer la titular del Ejecutivo para revertir el “tiradero” dejado por su antecesor?

De entrada, el desabasto de medicamentos, la crisis fiscal, la recesión económica, la influencia del crimen organizado, la crisis institucional de los organismos constitucionales autónomos y del Poder Judicial (con su carnavalesca elección), la corrupción, y demás etcéteras, entorpecen el despegue y dificultan la eficiencia gubernamental. Si a ello se condimenta con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, con sus amenazas de aumentar aranceles y declaración de los cárteles mexicanos como terroristas, lo que agrava aún más la situación.

Por otro lado, es difícil deshacerse de la ingente autoridad moral de un líder populista como AMLO y menos cuando deja en el movimiento político –creado y regenteado por él– a su junior para “cuidarle el changarro”; además de los “heredados” en el gabinete de Sheinbaum, a quien le responden, al igual que los líderes del Congreso (sin olvidar la inminente “rebelión en la granja”). Ante este panorama, ¿qué puede hacer la nueva inquilina de Palacio Nacional?

Es preciso diferenciar entre la cuarta transformación (4T) y AMLO, no son lo mismo. La continuidad debe ser para el movimiento, no para la persona. El éxito de su administración dependerá de su capacidad para implementar cambios efectivos para corregir las graves anomalías dejadas por su antecesor mediante ajustes estratégicos. El éxito de su gobierno dependerá de su capacidad para implementar cambios efectivos sin romper por completo con el proyecto de la 4T. Deberá separarse gradualmente de la sombra de su antecesor sin generar un conflicto que la debilite.

Su liderazgo en Morena está sometido a tensiones: un eventual enfrentamiento entre las “tribus” cuatroteistas está en ciernes (el cascajo ya está agrietando al movimiento). Además, la oposición sigue siendo endeble: la verdadera lucha no está ahí, ni con Calderón. El primero signo de alejamiento es su política de seguridad: en sus primeros 100 días de gobierno los enfrentamientos de las fuerzas federales los “generadores de violencia” han aumentado más de 95 por ciento con el mismo período de AMLO (claro, con la presión de Trump). ¿Legislar sobre la no reelección y contra el nepotismo tendrán la misma intención?

X: @Ismaelortizbarb

jl/I