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Lecciones de la elección judicial

La reforma para elegir a los integrantes del Poder Judicial por voto popular puede gustarnos o no, pero llegó para quedarse, a nivel federal, y próximamente local. Como dice el dicho, a lo hecho, pecho, y la jornada del 1 de junio nos dejó varias lecciones.

Antes, debo expresar, en un acto de transparencia y honestidad, que yo sí decidí ejercer un derecho que, les guste o no, está en la Constitución, porque participaban personas que yo conozco, preparadas, independientes y dignas de mi voto. Porque conozco gente en el INE que se desveló y sacrificó por el éxito de la jornada.

Ahora, mis reflexiones:

1. No hubo conteo al cierre en la casilla y eso deja mal sabor de boca, porque es el núcleo esencial de un proceso electoral. La boleta era tan compleja que separar papeletas ahí mismo habría sido imposible. Esto confirma que es momento de pensar en el voto electrónico para evitar horas de conteo manual. Pero desaprovechamos esta oportunidad para introducir estas innovaciones.

2. A nadie debe sorprender la baja participación. Fue una elección extraordinaria que históricamente convoca menos que las concurrentes y ordinarias. En 2027 la participación será más alta y esto me lleva a la siguiente reflexión.

3. Muchos se quejaban de que “no conocemos a los candidatos.” Quien dice eso fue flojo o apático, porque el INE habilitó una plataforma con los currículum, la cual debe hacerse más accesible. Pero forma de conocer trayectorias, existía.

4. Otros decían: “No sabemos qué hacen jueces y magistrados”. Me tocó hacer pedagogía política con mi familia, amigos y vecinos. La gente quiere aprender y al enseñarles les entusiasma participar. Empecemos desde ahora y hasta 2027. No esperemos a los últimos días de campaña.

5. Habría sido sano que universidades, barras de abogados o defensores de derechos humanos publicaran evaluaciones técnicas de candidaturas más aptas. Algo así como acordeones ciudadanos. En próximos procesos, estas instituciones deben involucrarse más.

6. Desgraciadamente el proceso se hizo a las prisas, con poco presupuesto y una boleta difícil de llenar. Pero desde ahora tenemos tiempo para hacer simulacros en colonias, universidades y plazas públicas, con apoyo del INE y sociedad civil.

7. La oposición cometió el error de llamar al abstencionismo. En vez de movilizarse y pelear por un contrapeso en la Corte, se cruzaron de brazos. Hoy se indignan porque la participación supera la votación que ellos mismos obtuvieron en 2024. ¿Eso es comparar peras con manzanas? Tal vez. Pero los números duelen de igual forma. Y más cuando se ven rebasados por Movimiento Ciudadano en varias entidades. El berrinche no es opción. Era mejor moverse. Para lo que les alcanzara.

Finalmente: ¿13 millones de personas son muchas o pocas? Pues son más que esa élite que urdía pactos inconfesables desde la penumbra, y designaba con criterios económicos, nepotismo o compadrazgos.

Hoy en un país con profundas raíces indígenas, un mixteco dirigirá la SCJN. Y aunque es algo que debería ser más común, es como respirar oxígeno fresco.

*Investigador de la UdeG

X: @julio_rios

jl/I