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Lomas del Paraíso, entre muertes y pestilencia

El río San Juan de Dios, ahora muy contaminado, recorre esta colonia tapatía.

A paso lento, entre costales de escombro con pedazos de azulejo que adornaron algún baño, cajetillas vacías de cigarrillos, pañales destrozados por los perros y el aroma a huevos podridos, los muchachos de la banda Desenfrenados –originaria de la colonia Lomas del Paraíso, en Guadalajara– avanzan en el desagüe más antiguo de Guadalajara: el río San Juan de Dios.

Siglos atrás, el río San Juan de Dios se alimentaba de las aguas de los manantiales de Agua Azul, Mexicaltzingo y Agua Blanca. Sobre el río, cerca del Agua Azul, las mujeres lavaban sobre piedras y, a la par, la Policía local del siglo 18 prohibió a la gente bañarse desnuda en las aguas del San Juan de Dios.

Los pasos de los cuatro chicos suenan apagados sobre la capa de basura que hay en el camino; pronto, las pisadas se ven brillantes sobre las piedras de basalto pulido. Teñidas de morado por el curso de aguas negras de la ciudad, las rocas forman un cauce silencioso que se precipita en una caída de agua verdosa de unos 30 metros.

Víctor, un muchacho de 23 años e integrante de la banda, contó cómo uno de sus amigos murió arrastrado por el cauce del río cuando intentaba atrapar una ardilla o un garrobo, una especie de iguana gris: cayó de los 30 metros de la cascada y su cuerpo quedó atrapado en el fondo del río.

Su familia quiso recordarlo con una capilla en el fondo de la cascada, pero no pudieron construirla por lo irregular del terreno, por lo que decidieron fincar un pequeño nicho azul en el punto donde perdió el equilibrio.

Sin embargo, en esta colonia tapatía las muertes no sólo ocurren al interior del desagüe. Los muchachos recuerdan que hace casi un mes mataron al Rulas, dedicado al robo de camiones de la ruta 52 y de transeúntes del Periférico Norte, quien fue asesinado de un balazo en el pecho.

Los muchachos cuentan que los “dueños de la plaza” lo mataron porque desoyó la veda de monearse con thinner y de no consumir lo que ellos venden: de las amenazas siguieron los golpes y de los golpes... lo velaron en su casa acompañado de su madre e hijos.

Siempre, un muerto

Desde diciembre de 2016, en las cinco secciones de la colonia Lomas del Paraíso, en Guadalajara, han matado a cinco personas de manera violenta y han dejado a un herido en el mismo lapso; en los crímenes se emplearon pistolas, navajas y un machete.

Hacia el 26 de diciembre, un hombre de 45 años fue atacado por la espalda con una navaja en el cruce de las calles Juan Ignacio Ramón y Ramón Garcés; el hombre fue agredido por un cliente que se negó a pagarle los trabajos de albañilería en su casa.

El 24 de enero, casi un mes después, la Policía de Guadalajara informó el hallazgo del cuerpo de una mujer de 42 años, quien falleció por heridas de arma blanca. La víctima, a la que además le saquearon la casa, se dedicaba a vender flores en el panteón de la zona.

Luego, el primer día de febrero, un hombre murió tras ser herido en un brazo con un machete dentro de una casa ubicada en la calle Arnulfo González Medina; el padre del hombre informó que su hijo se dedicaba al tallado de figuras de madera y era adicto a las drogas.

Después, el 10 febrero un hombre fue atendido por los Servicios Médicos Municipales luego de que otro hombre saliera de un árbol y le disparara con una pistola, esto en la calle Eustaquio Arias.

El último suceso violento fue el homicidio del Rulas, ocurrido el 13 de marzo, quien recibió un balazo en el pecho sobre la calle Guillermo Chávez, a unos metros del Periférico Norte y del canal de San Juan de Dios, cerca donde los muchachos se reúnen.

Las agresiones y los delitos de alto impacto son frecuentes en la colonia del norte de Guadalajara. En 2013, el Ayuntamiento de Guadalajara definió cinco polígonos prioritarios compuestos de 17 colonias seleccionadas por los altos niveles de incidencia delictiva y problemáticas sociales, uno de estos polígonos estaba compuesto por las cinco secciones de Lomas del Paraíso.

Lomas del Paraíso y sus divisiones

Fuente: Instituto de Información Estadística y Geográfica del Estado de Jalisco (IIEG), 2010

 

Ya dentro del canal, Víctor saca una “greña” de marihuana. “Sácale los cocos, guarda las semillas pa’ hacer un guato, ármatelo mi Vic, a mí me quedan culeros”, le dice otro de los jóvenes.

Mientras Víctor arma el cigarro, cuenta: “Cuando llueve sí se llena el río, según la lluvia, a veces ha traído perros muertos, sillones, llantas, partes de carros, basura; en tiempo de lluvias huele más a caño, cuando se seca se empieza a dispersar el olor, pero en tiempos de calores suben más los olores. También hay mosquitos, consecuencia de que el agua se taponea en unos lugares y se hacen los mosquitos”.

Entre 1897 y 1910 cegaron el río San Juan de Dios por cuestiones de higiene y modernidad, además, para hacer de la calzada Independencia una avenida amplia, como el Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México. Años después, en 1950, el entubamiento avanzó y entre 1951 y 1970 la obra llegó hasta la avenida Normalistas, en la colonia Jardines Alcalde; en el tramo final, en los 70, el cauce quedó a cielo abierto, el cual todavía provoca molestias en la colonia Santa Elena Alcalde y de ahí continúa hasta la cascada en la colonia Lomas del Paraíso.

Entre los muchachos también se discute el porqué de los fracasos en los centros de rehabilitación: todos tienen una historia qué decir: “No sirven porque te dicen ‘¿no has probado eso?’, y se te antoja un chingo, y lo primero que haces al salir es buscar esas chingaderas, ¿a poco no?”, dice un joven moreno que reparte unos bolis de fresa entre los demás.

Otro de los muchachos, barbado y con arrugas prematuras en la frente, afirma que “gracias a dios yo no he pisado esas mamadas”.

La chora está lista: un cigarrillo de marihuana que parece un capullo de mariposa de color blanco, sucio, como si Víctor, en vez de hilvanarlo con una pericia de cohetero, lo hubiera arrancado de una de las ramas que salen hacia el canal.

El olor de drenaje no se distrae ni con el humo del cigarro de marihuana. Del otro lado, en un depósito de desechos sólidos del Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa), los picos de los trascabos empujan las montañas de escombro que precipitan piedras, cintas amarillas de acordonamiento y una cortina de polvo que supera el olor de las aguas podridas. Nadie se inmuta, “ya estamos acostumbrados”, dicen.

Las cinco secciones de Lomas del Paraíso

En 2010, el Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG) del Estado de Jalisco calculó la población de las cinco secciones de la colonia Lomas del Paraíso en 22 mil 119 habitantes

En las cinco secciones hay 4 mil 582 hogares, en los que en promedio viven cinco habitantes por vivienda

La primera sección de Lomas del Paraíso se habitó a principios de los años ochenta en la periferia de Guadalajara, sobre terrenos irregulares cerca de la Barranca de Huentitán

Los habitantes de Lomas del Paraíso, Arroyo Hondo, Huentitán el Bajo, Mesa Colorada, entre otras colonias, llegaron a Jalisco de estados como Aguascalientes, Zacatecas, Michoacán, Nayarit, Guanajuato y Colima