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Santa Paula, la difícil vida en la periferia


A pesar de encontrarse ubicada en Tonalá, la colonia Santa Paula muestra las características de una población alejada del Área Metropolitana de Guadalajara. Incluso sus habitantes dicen sentirse desfasados en cuanto al resto del municipio en temas como servicios y seguridad.

Las edificaciones de Santa Paula son humildes, muchas de éstas a medio terminar; las calles carecen de banquetas y el polvo campea porque la mayoría de sus vialidades son de terracería o empedrado.

Los niños suelen jugar entre la basura y el escombro que es común encontrar en los lotes baldíos. No e de extrañar que sea difícil encontrarse con una escuela, base de seguridad o centro médico.

Para el presidente municipal de Tonalá, la colonia Santa Paula es uno de los focos rojos en cuanto a inseguridad.

No es para menos. Apenas el 28 de enero, elementos de Protección Civil y Bomberos del municipio fueron asaltados en su propia base de operaciones, ubicada en la carretera libre a Zapotlanejo por varios hombres armados. Los brigadistas fueron despojados de teléfonos celulares, radios de comunicación y carteras.

En otro caso de violencia, el 28 de noviembre de 2018 un comando armado agredió en esta colonia a agentes Policía Federal. Un elemento fue abatido y otro más resulto gravemente lesionado.

Según las cifras preliminares de delitos, provenientes de las averiguaciones previas y/o carpetas de investigación iniciadas en las agencias del ministerio público, hasta noviembre del año pasado se contabilizaron 20 robos a vehículos particulares y 4 de carga pesada, 12 a negocios y 3 a casas habitación.

Hasta esa misma fecha, se contabilizaban 4 homicidios y 10 casos de lesiones dolosas.

Según las estadísticas de alto impacto de la Fiscalía del Estado de Jalisco, obtenidas a través de la plataforma InfoPública FGE, se han documentado 19 carpetas de investigación por violencia intrafamiliar, 3 por violación, 2 más por abuso sexual infantil y otro par por maltrato a menores.

Coexistir con el crimen

A pesar de sus muchas carencias, los vecinos de Santa Paula coinciden en que la inseguridad es el punto crítico de la colonia. Una situación que se hace evidente en las calles vacías a ciertas horas del día.

 “Aquí casi no hay patrullaje y los policías que hay están con los rateros. Uno no se anima a salir, pero tampoco está seguro encerrado; el año pasado llegaron a mi tienda a asaltar. Esta fue la tercera vez que me robaron. A los proveedores también los han asaltado cuando llegan a descargar producto”, señaló Olivia, dueña de una tienda de abarrotes desde hace 8 años.

“Aquí las cosas siempre han sido así; aquí no hay horario, a todas horas y en todas partes roban; pero lo más peligroso se encuentra hacia la parroquia de Jesús de Nazaret, allá por la calle Marcos Lara”, afirmó Guadalupe Ávila, vecina de Santa Paula desde hace seis años.

A pesar de las quejas sobre la poca seguridad en Santa Paula, pocos son los que denuncian los hechos delictivos ante las autoridades; tampoco existe una relación cercana entre habitantes y uniformados.

La inseguridad ha sido normalizada en Santa Paula.

La falta de servicios públicos, en especial el alumbrado, juegan un papel importante para que así suceda. La gente asegura que al caer la noche la colonia queda vulnerable a causa de la completa obscuridad.

“Lo que más nos falta es alumbrado, si no es porque la gente prende las luces de sus casas nos quedamos a oscuras. Sí da miedo en la noche. Hemos denunciado muchas veces una de las lámparas queda afuera de mi casa, pero ya me cansé; una se hace a la idea de que no le van a hacer caso”, afirmó Marisol, quien también cuenta con un pequeño negocio desde 2012.

Muchas de las luminarias de la colonia han sido vandalizadas, por lo que se encuentran son focos o, incluso, sin la lámpara completa. Otras simplemente no funcionan.

La vida en Santa Paula es difícil, coinciden los vecinos, hay que andar siempre al cuidado, porque pareciera que alguien siempre estuviera al acecho.

Buscan incrementar personal

A unos días de iniciar su responsabilidad como alcalde de Tonalá, Juan Antonio González Mora señaló que contaba con una fuerza de 48 patrullas para todo el municipio, más otras 25 que estaban por conseguir y 20 más que se encontraban en reparación.

La idea de González Mora es incrementar el número de unidades para combatir el conflicto social en que se encuentra sumergida la colonia Santa Paula, a la par de barrios como La Severiana o San Miguel de la Punta.

También se busca expandir la plantilla en la Policía de Seguridad Municipal a 300 nuevos elementos.

“Revisando estadísticas, hemos detectado que se han incrementado los delitos, por lo que intensificamos los recorridos de vigilancia, sobre todo en la zona de Santa Paula”, señaló el director operativo de la comisaría de Tonalá, Javier Raudales.

González Mora hizo el compromiso de ahorrar dinero destinado a la nómina bajando el número de trabajadores supernumerarios; este ahorro se dirigiría hacia los servicios públicos, especialmente la seguridad.

Malos vientos

La contaminación es cosa de todos los días en Santa Paula. La mayor aportación a este fenómeno proviene de las ladrilleras que se encuentran en los alrededores de la colonia.

De las 2 mil 500 ladrilleras que operan en Jalisco, alrededor de 96 por ciento mantiene prácticas de cocción obsoletas que datan de hace 400 años, según información publicada en la Revisión del Programa para Mejorar la Calidad del Aire (Proaire), en 2018.

Esto se refleja en una combustión alta en emisiones de material particulado (PMx), monóxido de carbono (CO) y carbono negro que contaminan la atmósfera y perjudican la salud humana.

Ante las contingencias ambientales presentadas a finales e inicios del año pasado y principios de 2019,la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos de Jalisco se vio en la necesidad de apoyar al municipio de Tonalá para reforzar la vigilancia en las zonas de las ladrilleras, en particular en Santa Paula.

da/i