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Promesas rotas en el exilio

(Foto: Especial)

Nunca como hoy en día, el futbol mexicano exportó tantos jugadores a Europa. Elementos como Javier Hernández, Andrés Guardado, Héctor Herrera, y Guillermo Ochoa, entre muchos otros, llevan varios años de recorrido en el viejo continente, y otros jóvenes apuntan al éxito, como Hirving Chucky Lozano y Diego Lainez.

Pero también hay otras historias que no han tenido un final feliz como se vislumbraba en el inicio de sus carreras y que hoy han cumplido el sueño de jugar en Europa, pero no como lo pensaron.

Jorge Enríquez y Carlos Gullit Peña son dos de los casos más impactantes por la forma en que sus carreras se resquebrajaron y han tenido que buscar otros horizontes en clubes poco atractivos. El Chatón recién fichó por el Salamanca de la Segunda División, y el segundo para el GKS Tichy de la Segunda División de Polonia.

Enríquez debutó con Chivas en el Torneo Bicentenario 2010, y su entonces técnico, José Luis Real, quien ya lo seguía desde las fuerzas básicas explotó su talento en el medio campo basado en la fortaleza de su físico, su estatura de 1.91 metros, su larga zancada, su buen remate de cabeza y su potente disparo de media distancia.

Para 2011, Enríquez estaba enfilado al estrellato, y como seleccionado Sub-20 recibió el Balón de Bronce por su destacada actuación en el Mundial de Colombia.

Ese mismo año fue parte del Tricolor que ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, y después alcanzó la gloria con el oro en los Juegos Olímpicos Londres 2012.

Fue el tope de El Chatón, quien se contagió del mal momento de Chivas, lo cual le hizo perder su nivel competitivo. Dejó de ser convocado al Tricolor mayor y se descuidó en lo deportivo para empezar a deambular por León, Coras de Tepic, Santos y Puebla.

En agosto de 2018 fue contratado por el Omonia Nicosia de Chipre, donde sólo jugó tres partidos. Sin pena ni gloria, ahora busca su revancha con el Salamanca.

Por su parte, Peña, apodado Gullit por su parecido físico con el jugador holandés que brilló con el Milán en el decenio de los 80, también tuvo un inicio prometedor en el León, con el que ascendió en 2012 para brillar intensamente en un lapso de dos años.

El recio y a la vez habilidoso mediocampista se vio afectado por la lesión de su amigo Luis Montes, quien no asistió al Mundial 2014 por lastimarse en un partido amistoso. En 2016 llegó a Chivas como fichaje de lujo, pero su problema de alcoholismo se agudizó y, tras varios intentos de regenerarlo, el jugador regresó sin éxito a León en 2017.

De manera sorpresiva lo fichó el Glasgow Rangers de Escocia, que dirigía Pedro Caixinha, por lo que por fin cumplía el sueño europeo. Al quedar por debajo de lo esperado, Peña volvió a México en 2018 con Cruz Azul y después con Necaxa, en donde de nuevo su vieja adicción terminó por vencerlo.

A sus 29 años busca la última oportunidad de nuevo en Europa en la Segunda División de Polonia.

JORGE ENRÍQUEZ

1 medalla de oro Juegos Panamericanos 2011

1 medalla de oro Juegos Olímpicos 2012

1 Torneo de Copa 2015

8 partidos con selección mayor

CARLOS PEÑA

2 títulos de Liga MX (León)

1 título en el Ascenso MX

1 Mundial (Brasil 2014)

Antonio Briseño

El defensa central surgido de las fuerzas básicas del Atlas fue capitán de la selección Sub-17 que se coronó campeona en el Mundial de México 2011. Sin embargo, a los distintos técnicos no les agradaba su personalidad presuntuosa de clase alta, por lo que no encajaba en los grupos de equipos como Atlas, Tigres y Veracruz. Desde la temporada 2017-2018, El Pollo milita en el Feirense de Portugal, que el primer año libró el descenso, pero que en este fue condenado a visitar la Segunda División.

Marco Bueno

El delantero, al igual que Briseño, es parte de la generación de la selección Sub-17 que se coronó en el Mundial de 2011. Tras una prueba fallida con el Liverpool, Bueno pasó por el León, Pachuca, Estudiantes Tecos, Toluca, Chivas y Monterrey. El que fuera nombrado novato del año en el Clausura 2012, ahora a sus 25 años milita en el HJK Helsinki, el equipo más ganador de Finlandia, una liga de poca monta en Europa.

Omar Arellano Riverón

El delantero se convirtió en una de las grandes promesas del futbol mexicano cuando pasó de Pachuca a Chivas en 2007. Por su potencia y olfato de gol, apuntaba hacia los grandes clubes europeos, pero se vio afectado por las lesiones, y al salir del Rebaño fue en declive en Monterrey y Toluca, y luego en la Liga de Ascenso con Leones Negros y Tampico Madero. Se probó con el Ontinyent de la Segunda División de España, y al no llegar a un acuerdo, hoy milita en el Sport Herediano de Costa Rica.

Ulises Dávila

El delantero es otro de los talentos del Mundial Sub-20 de Colombia 2011 más desperdiciados. Tras su buena actuación en el certamen, el Chelsea de Inglaterra lo fichó, pero primero lo fogueó en el Vitesse de Holanda, el Sabadell, Córdoba, el Tenerife de la Segunda División de España y el Vittoria de Portugal. Ulises nunca convenció, y regresó a México con Santos sin pena ni gloria. Ahora juega en el Delhi Dynamos de La India.

JJ/I