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Temacapulín, en riesgo

De nueva cuenta, los pueblos de Acasico, Palmarejo y Temacapulín vuelven a enfrentar la amenaza de ser inundados a consecuencia de la construcción de la Presa El Zapotillo, anunciada por los gobiernos federal y estatal. De nueva cuenta, el Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo, AC, integrado por sus habitantes, con el apoyo de las organizaciones de la sociedad civil, el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec), el Colectivo de Abogados (Coa) y el Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (Mapder), se apresta a enfrentar esta nueva embestida gubernamental.

El movimiento generado en torno al Comité Salvemos Temaca se ha convertido en un caso emblemático de la defensa territorial de sus habitantes para impedir que sus hogares queden sepultados por las aguas de la presa, pero también por la defensa del libre flujo de los ríos y la oposición radical a la construcción de presas por su nefasto impacto en el ecosistema de las regiones. Además de la riqueza histórica y cultural que se percibe en sus calles y sus edificaciones.

El tema, que se había mantenido en estado de latencia, volvió a la visibilidad pública a raíz del encuentro que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sostuvo con 47 empresarios jaliscienses, en el que uno de los acuerdos habría sido llevar a la conclusión el asunto de la Presa El Zapotillo. El presidente habría puesto como condición que los gobernadores de Jalisco y Guanajuato resolvieran el diferendo sobre la distribución del recurso hídrico, que era una de las cuestiones que mantenían detenido el proceso.

El evento no hubiera pasado de ser una noticia más si no fuera porque los dos personajes en quienes recae la decisión definitiva no hubieran manifestado, en diferentes momentos, su más decidido apoyo a los habitantes de Temaca para impedir que su pueblo fuera sepultado por las aguas. En 2012, en su primer campaña por la gubernatura, Alfaro afirmó tener los elementos técnicos para “reducir el tamaño de la cortina sin afectar la dimensión del proyecto” y no inundar Temacapulín. Posteriormente, en 2013, tuiteó: “No se necesitan mesas de trabajo. Se necesita cumplir la palabra y tener pantalones: no inundar Temaca”.

Los vínculos de Andrés Manuel con los habitantes de Temacapulín vienen de más lejos y son más profundos. El 5 febrero de 2009, en su visita al pueblo, López Obrador ofreció asesorarles para defender el caso; “si es necesario, yo me vengo aquí, con ustedes”, les dijo. La tercera visita fue en abril de 2010 y a ella no acudió solo, sino que llegó acompañado de diputados y senadores, quienes realizaron acciones en sendas cámaras legislativas en defensa a los intereses de sus pobladores.

Empero, luego del acuerdo entre los gobernadores, Alfaro, alegando que se trata de un asunto federal, se lava las manos y responsabiliza a la Conagua de la definición de la altura de la presa. Por su parte, en una misiva que entregaron al presidente, en su visita a Jalisco en 18 septiembre de 2018, luego de exponerle su confianza en que sus demandas fueran atendidas, el Comité Salvemos Temaca la rubricó con la frase: “Nuestras expectativas hacia su gobierno son altas, no nos destruya la Esperanza”.

El Zapotillo ha revelado los estrechos límites de la refundación. Pero un pueblo al que pisotearon sus derechos, sumergido en el fondo de una presa, es una imagen que pone en entredicho la retórica sobre el bienestar y la defensa de los derechos humanos de la cuarta transformación.

@fracegon

JJ/I