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Avientan al olvido a Mirador Independencia

DESOLADO. El Mirador Independencia está seco, pese a las inversiones que se le han hecho a partir de 2011. (Foto: Grisel Pajarito)

El desteñido color del pasto contrasta con el paisaje que se tiene de frente. La verde barranca de Huentitán se asoma como mudo testigo del olvido: el Parque Mirador Independencia, que desde hace cuatro años fue elegido como sede del Barranca Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, se sume en el abandono. Los visitantes llegan de a poco, mientras que la reforestación y las obras para rehabilitar la infraestructura pública no parecen avanzar.

La historia empezó en 2011 cuando arrancaron los trabajos de construcción del museo, diseñado por el despacho suizo Herzog & De Meuron. Originalmente se había previsto que el recinto abriría en 2013 e incluiría la rehabilitación integral del parque.

Desde que empezó la construcción del inmueble se colocaron láminas blancas para sitiar el terreno de edificación. En los años que lleva la obra, se han ejecutado dos etapas con un presupuesto de 130 millones de pesos, para hacer la cimentación en el sótano y la edificación parcial de los muros perimetrales del museo.

Luego de estos trabajos la obra civil paró hace casi dos años y la gente ha dejado de asistir al espacio porque ya no es amigable ni permite disfrutar el parque en su esplendor, definió el dueño del restaurante Terraza El Mirador, Ernesto Durán Meléndrez.

Aunque este año se había previsto una inversión de 25 millones de pesos para rehabilitar 60 por ciento de la superficie del parque, un polígono cercano a 3 hectáreas, con la reconstrucción de 10 terrazas y el restaurante, la renovación de los sanitarios y habilitación de caminamientos, la instalación de juegos infantiles y ejercitadores, así como la reforestación con más de 400 árboles endémicos, las obras se suspendieron.

“Nos habían prometido que nos entregarían el parque rehabilitado el 31 de mayo, pero no fue así, las obras empezaron en marzo, se pararon casi siete meses, apenas hace tres semanas reanudaron, pero todo se ha venido retardando y a nosotros nos siguen afectando”, recalcó Durán Meléndrez, también integrante de la Contraloría Social de Huentitán El Bajo.

Desde que se sitió el parque para las obras de rehabilitación del mirador, la gente ya no puede hacer sus tradicionales carnes asadas ni sus fiestas de cumpleaños. En promedio cada domingo se recibían 3 mil visitantes; ahora no llegan ni mil, calculó Durán Meléndrez.

Y el ambiente de abandono se siente entre los árboles. En una visita a estepulmón norte de la ciudad, el parque lució semidesierto, apenas un grupo de amigos que se reunió a hacer la tarea y una pareja de novios que aprovechó la sombra de un árbol fueron los visitantes matutinos de este espacio de recreación.

Los juegos mecánicos que todavía persisten en el lugar lucen oxidados y vacíos, al ágora le falta mantenimiento y no hay muchas bancas para que los visitantes puedan disfrutar del imponente paisaje de la barranca de Huentitán.

“Sí se ve feo el parque con tanta lámina, no se ve nada y el pasto ya está casi seco”, resaltó Viridiana, una estudiante del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), que se escapó del campus para hacer su tarea entre pocos árboles.

Mientras se retoman los trabajos, con apenas una decena de trabajadores que mueven la tierra, al restaurante de don Ernesto no llega mucha clientela.

“No han cumplido nada de lo que nos han prometido, este es un pulmón de Guadalajara que está sitiado, no se ha construido el museo tal como lo proyectaron, esto nos tiene muy desconcertados, éste era un parque muy visitado entre semana y los fines de semana, pero las familias se han retirado, ya no hay cabida para hacer nada, todo está hecho un desastre, las ventas están por los suelos”, explicó don Ernesto, quien añadió que muchos comerciantes de bebidas y botanas se retiraron del parque porque no vendían nada.

El parque abre de lunes a domingo, de 7 a 19 horas. De acuerdo con el decreto de donación de los terrenos del Mirador Independencia, firmado entre el ayuntamiento tapatío y Guadalajara Capital Cultural —la asociación civil que impulsa la edificación—, las obras de construcción y operación del Museo de la Barranca deben concluir en 2017.

Traspasan reclamo de parque

El Parque Puerta de la Barranca, ubicado junto al ingreso principal a la barranca de Huentitán, es utilizado como salón de fiestas por empleados del Ayuntamiento de Guadalajara, por lo que asociaciones civiles pugnan por que se abra al público.

El ex alcalde Ramiro Hernández incumplió su promesa de habilitar las instalaciones para la ciudadanía y ahora cinco organizaciones civiles buscan que Enrique Alfaro se comprometa a ello.

Ayer entregaron a la Oficialía de Partes tapatía una petición para que se retire la prestación, que tiene 20 años, al Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento de Guadalajara, pero que no tiene un comodato formal de por medio

"(Ramiro Hernández) nos prometió que iba a reabrir el parque porque ya había hablado con el sindicato, sin embargo salió y no pasó nada, ya sabíamos que no iban a hacer nada, estaban haciendo tiempo", lamentó Eduardo Almaguer Ureña, presidente de la asociación Civilidad para Transformar.

Además de que esta asociación civil también interpuso una denuncia ante la Procuraduría de Desarrollo Urbano (Prodeur) e inició una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ); ambas están en curso.

En la petición también participaron las asociaciones civiles Amigos de la Barranca, Huentitán Vive, Comerciantes Huentitán y Arcediano, y Únete Huentitán.

De acuerdo con el secretario general del sindicato, Fernando Jaime Gaytán, estarían de acuerdo en renunciar al contrato siempre y cuando el ayuntamiento les otorgue otro espacio para realizar sus fiestas.

Cifra:

3 mil visitantes recibía el mirador en sus mejores tiempos, sólo los domingos

 

HJ/I