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El tono de los discursos de MC Jalisco

Además de su contenido, los discursos políticos tienen un tono que los define. Los marca. La combinación de ambos factores, sin ser los únicos, revela la concepción que los políticos tienen del poder que ejercen o desean ejercer. Muestra también cómo perciben la compleja realidad, a partir de la cual gobiernan desde cualquier oficina. Además, exhibe su estilo personal o institucional al comunicar lo que piensan, hacen, sienten u ocultan. Los discursos políticos son los discursos del poder encarnados en personajes y grupos concretos.

El tono de los discursos de los políticos o partidos puede ser conciliador, como sucede durante un diálogo o una negociación. O, más común, autoritario o impositivo. Confunden su percepción con la realidad política, y desde el cargo que ostentan la desean imponer al conjunto social. En su imaginación, consideran que llegar a un cargo con poder les da en automático la razón. Por lo tanto, desde las redes comunicacionales que les facilita el puesto, ejercen violencia simbólica con calificativos a los críticos, mienten con verdades a medias, desautorizan la libertad con que se expresan quienes no piensan como ellos o ellas, o dizque debaten con la construcción sesgada de sus propios datos. Un ejemplo de discurso intolerante con la crítica son los videorregaños del gobernador Enrique Alfaro, como el más reciente.

Los discursos políticos también pueden tener un tono triunfalista, que puede o no estar apegado a lo que sucede. Aunque, si estuviera cercano a lo que ocurre, es común que lo engrandezcan más para mostrarse casi como superhéroes o heroínas; o bien buscan otros objetivos, entre ellos persuadir que son únicos o los mejores en comparación a sus adversarios; prometer que las problemáticas que enfrentarán serán superadas durante el periodo que ocupen un cargo; mandar un mensaje de que como gobernantes conducen por el camino correcto o rechazar que tuvieron un traspiés por la disminución de espacios políticos durante las elecciones.

Lo último viene al caso de Movimiento Ciudadano (MC) Jalisco. Hace un mes perdió las elecciones en 19 de los 20 distritos federales; lo derrotaron en la contienda por las senadurías; su candidato presidencial no ganó en Jalisco; de diez municipios metropolitanos, cinco serán gobernados el próximo trienio por alcaldes opositores, y continúa la pelea jurídica por Guadalajara entre Morena y MC; de ganar en 16 distritos electorales locales en 2021, solamente pudo refrendar el triunfo en cuatro; no tendrá mayoría en la próxima legislatura del Congreso del Estado y por los pleitos con la dirección nacional naranja está pendiente cómo termina esa relación.

En contraparte, oficialmente ganó la gubernatura, municipios relevantes como Zapopan, y continuará con Tlajomulco como su bastión, además de que gobernará 56 por ciento de la población jalisciense. No es un triunfo menor, pero es mucho menos de lo que había obtenido hace tres años. En sí no representó un aumento de los espacios de poder en la entidad, ni sobre todo un avance o consolidación en su conjunto de lo que había logrado. El discurso triunfalista del partido naranja está hueco. No corresponde con la realidad. El hubiera, en política, no existe.

X: @SergioRenedDios

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