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Extinción de Organismos Autónomos

La semana pasada, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen que plantea la extinción de siete Organismos Constitucionalmente Autónomos (OCAs). Entre estos se incluyen el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, la Comisión Federal de Competencia Económica, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional Hidrocarburos.

La aprobación del dictamen constituye un error muy grave para la economía mexicana. Al permitir la extinción de los OCAs, se abre la puerta a que las funciones públicas y las decisiones gubernamentales se vean influenciadas por presiones políticas o intereses particulares. Lejos de ser eliminados, los OCAs deberían preservarse y fortalecerse.

¿Por qué es necesario preservar y fortalecer los OCAs? Porque los mismos permiten que la administración pública cumpla sus funciones de manera imparcial, eficaz y eficiente, basándose en criterios técnicos. Los OCAs, además, permiten sustentar muchos de los acuerdos internacionales y disposiciones legales que definen las relaciones comerciales del país.

Los OCAs desempeñan un papel crucial en el establecimiento, mejora y cumplimiento de las reglas del juego que rigen las interacciones económicas. Los OCAs disminuyen los costos de transacción e incertidumbre en las interacciones económicas. Más aun, fomentan la credibilidad, la transparencia y la confianza en las autoridades, los mercados y la economía.

¿Qué ventajas tienen los OCAs con respecto a los organismos no autónomos? Los OCAs contribuyen a reducir la corrupción y a promover buenas prácticas de gobernanza en la economía. Su autonomía permite que las políticas sean independientes de los ciclos políticos, lo que facilita la implementación de políticas económicas estables, consistentes y coherentes.

La autonomía también facilita que los OCAs tengan una mayor estabilidad operativa. Sus mandatos, funciones y personal no cambian drásticamente con cada nuevo gobierno, lo que asegura una continuidad en sus políticas y bajos costos por curvas de aprendizaje. Así, los OCAs coadyuvan a establecer un entorno económico predecible y estable en el largo plazo.

Los OCAs, además, facilitan que las reglas del juego sean conocidas, claras e imparciales para quienes participan en los mercados y en la economía. Esto ocurre porque sus decisiones no se sustentan en consideraciones políticas; sino en conocimientos técnicos, jurídicos y en análisis de datos. Así, los OCAs contribuyen a promover la eficiencia, la innovación y la competitividad.

¿Qué impactos tendría la extinción de los OCAs? Es muy probable que disminuyan los flujos de inversión extranjera directa y que se pierdan oportunidades para aprovechar el nearshoring. También podrían verse afectadas las relaciones comerciales de México con sus principales socios, lo que impactaría negativamente en la balanza comercial, la producción y el empleo.

En mi opinión, extinguir los OCAs será la peor decisión en materia económica de este sexenio. Su extinción hará retroceder, al menos, 30 años de avances institucionales en materia de prácticas, regulación y legislación económicas. De implementarse esta medida, sin duda alguna, desaparecerán muchas oportunidades para impulsar el crecimiento y desarrollo económico del país.

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Antonio Ruiz Porras.

Economista e investigador de la Universidad de Guadalajara

GR