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Imposiciones

Aparentemente el estilo de gobierno debe cambiar al momento de darse los relevos en las administraciones públicas, pero observamos que se mantienen los mismos vicios políticos y de conveniencia: en este caso hablamos de las imposiciones.

Aún no termina la actual legislatura y ya hemos visto en las últimas semanas las imposiciones que han sido objeto para quedar bien con la próxima administración estatal y para repartirse los cargos públicos que estaban pendientes.

El consenso, la negociación, el diálogo y la comunicación son acciones que escasamente predican y ejecutan los gobernantes, y ahora con los cambios tampoco se darán.

En campañas, cuando pedían el voto, los candidatos hablaron de tomarlos en cuenta y les prometieron escucharlos, y ahora que ya llegaron a los puestos que anhelaban hacen todo lo contrario y se convierten en gobiernos sordos y mudos.

El ejemplo reciente es la creación de la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda que impulsa el próximo gobierno estatal a cargo de Pablo Lemus. Esta administración estatal arrancará con el pie izquierdo en este tema al evitar dar explicaciones y convencer de sus motivaciones.

Las voces en contra se dejaron escuchar en varias organizaciones y colectivos, los que están en pie de lucha constante, advirtiendo los vicios y errores que se podrían cometer con semejante estructura, y no son escuchados.

También los diputados salientes tienen parte de la culpa porque simplemente ejecutaron las órdenes que recibieron sin cuestionarlas y sin realizar el Parlamento Abierto que con otras leyes presumían, y sólo levantaron la mano para avalar la nueva estructura.

Una vez más como ocurrió hace tres años, las organizaciones civiles siguen siendo ninguneadas, no se les toma en cuenta en los temas que les atañen, no se discute abiertamente y no reciben retroalimentación. Les imponen leyes que están desactualizadas con la realidad, no se aprueban las que necesitan como la ley de víctimas y ahora crean nueva burocracia que aún no se entiende cómo funcionaría.

Aquí lo único que se busca, en estos momentos, es limpiar el camino y dejar la alfombra roja listísima para que camine por ahí el próximo gobernante. Apenas es la primera parte de los cambios que habrá porque aún falta mes y medio para poder seguir limpiando la alfombra hasta llenarla de pétalos de rosa si es necesario.

El gobierno abierto y resiliente que se espera a nivel estatal podría desde este momento ser irreal, se advierten nubarrones, y quizá la aplicación de una política a rajatabla en temas que no se quieran discutir ni quieren dialogar.

Aquí advertimos que este tipo de imposiciones no será la única vez porque seguramente en el transcurso de los meses y en cada año seguiremos observándolas en otros temas.

A nivel municipal, los gobiernos tienen apenas 15 días y aún no han reflejado sus verdaderas intenciones, y seguramente también usarán la imposición como parte de sus intereses dentro de los plenos del ayuntamiento porque es la vía más fácil si se tienen los votos para hacerlo.

Mantener el diálogo es difícil, y seguramente tienen pocas intenciones de ceder su espacio de poder. ¿Quién querría hacerlo?

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GR