Cárdenas, en pro de democracia y contra Morena

El próximo 1 de marzo se cumplen 30 años de la alternancia política en el gobierno de Jalisco, pues ese mismo día, pero de 1995, se dejaron atrás las administraciones priistas y comenzó la del panista Alberto Cárdenas Jiménez, quien ahora se concentra en promover la democracia activa “para abrir los ojos a la gente” y evitar las mayorías de Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

En entrevista, recordó que hace poco más de 30 años parecía un sueño imposible acabar con 70 años de priismo en el estado; sin embargo, se logró con una estrategia y un equipo consolidado, lo cual, añadió, podría servir de motor para lograr lo mismo contra Morena.

En ese sentido, afirmó que actualmente el partido guinda busca dinamitar tanto a Acción Nacional (PAN) como al Revolucionario Institucional (PRI), por lo que llamó a despertar el poder ciudadano.

“(Debe despertar) toda esa clase media que dejó de votar, tenemos que ir por esos 35 millones de abstencionistas, nuevos votantes, con una narrativa en donde intentemos abrir los ojos de lo que realmente está pasando en México”, aseveró.

Reconoció que cuando terminó su periodo como gobernante lo que más le pesó fue no poner mayor atención en que la gente viviera más plenamente la democracia. Si lo hubiera hecho, se habrían forjado futuros líderes.

“Lo de nosotros fue un quiebre y cambiamos la forma de hacer política, (pero) lo que nos faltó fue que la gente entendiera y comprendiera más la democracia, que participara mucho más activamente, porque de eso se trata”, afirmó.

Cuando fue gobernador, al panista se le criticó por novato, lo que a la fecha no le molesta; incluso reconoció que entonces era el más joven de su gabinete – tenía 36 años–; sin embargo, afirmó que esa falta la compensó con preparación académica, experiencia como alcalde de Zapotlán el Grande y el equipo que integró.

Lo que sí lamentó fue que el PAN no diera un golpe fuerte ante la corrupción que se le señalaba al PRI, lo que atribuyó a que se “le fue el tiempo” y no puso orden.

Respecto a la crisis actual de desaparecidos e inseguridad que vive el país y el estado, el ex gobernador aseguró que en su tiempo no había tal, pero sí un aumento de secuestros. El caso más sonado en Jalisco, el cual fue tema nacional y marcó a su gestión, fue el secuestro de la adolescente Elba Rosa Frank, quien sí logró ser rescatada, pero una bala perdida la mató en una intervención indebida de la Policía Estatal.

Su reacción ante ese hecho, recordó, fue pedir la renuncia del titular de la dirección de Seguridad Pública, Horacio Montenegro Ortiz, lo que propició al día siguiente un motín de 800 policías que tomaron palacio de gobierno, llegaron hasta su despacho y le cortaron cartucho. Entonces pensó que podría morir junto con su secretario, José Levy.

El motín se desactivó tras tomar el teléfono rojo para hablar con el entonces presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, quien habló a su vez con el entonces titular de la Quinta Región Militar, Jesús Gutiérrez Rebollo, para disuadir la toma de palacio. De esa forma los uniformados se fueron.

También como parte de hechos relacionados a la seguridad, recordó que una vez recibió una amenaza de muerte antes de dar un grito de Independencia, por lo que lo realizó con chaleco antibalas.

Ahora, afirmó, la delincuencia es más descarada, cínica y echada para adelante, pues no le pasa nada; sin embargo, afirmó que aun así se debe trabajar para que el desánimo no continúe y se despierten conciencias.

Finalmente, recalcó que aun cuando la gente perdió confianza en el PAN, éste aún puede trabajar para recuperar lo extraviado y pese a que no se vea en la boleta electoral.

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