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¿Quiénes fueron las súper Chivas?

(Foto: Especial)

Jorge Vergara se aventuró a pronosticar que por la manera en que se está conformando el Guadalajara se podrá decir que serán las archisuperchivas.

Tras dicha afirmación, animado por la contratación de Carlos Gullit Peña y Orbelín Pineda, más uno o dos jugadores más que se esperan sean anunciados la próxima semana, Vergara no asoció esto con el contexto histórico hasta que se le recordó lo que había sido aquel equipo que integró Salvador Martínez Garza a mitad de la década de los 90 y que fue bautizado con dicho mote que para sus fieles seguidores era el ideal, y para sus detractores muy excesivo.

Primera etapa

En 1993, el Club Guadalajara Asociación Civil atravesaba por su peor crisis económica. El equipo en ese entonces se sostenía de manera endeble en la cancha con algunos de los sobrevivientes del glorioso equipo de los 80 y que se había coronado en 1987.

Aún permanecían Demetrio Madero, Sergio Lugo, Benjamín Galindo y Eduardo Yayo de la Torre, quienes trataban de cobijar a una joven camada como Ignacio Vázquez, Mario Califas Arteaga, Armando González, Everaldo Bejines y Camilo Romero, entre otros.

La estructura de sus fuerzas básicas se encontraba sin proyecto, carecían de recursos económicos para fortalecer dicha zona y tampoco tenían para buscar refuerzos de otros clubes, aunado a lo limitante de su política de no contratar extranjeros.

Los socios decidieron hacer un llamado de emergencia a empresarios para que invirtieran en un equipo que por su popularidad tiene un gran potencial.

Así fue como surgió Salvador Martínez Garza, un magnate de aceites y lubricantes y que tenía buena relación con el partido en el poder (PRI).

Martínez Garza siempre se había declarado aficionado de Chivas desde niño y ahora deseaba rescatarlo.

Al momento de firmar el arrendamiento del club por 10 años, el primer equipo diseñado para la campaña 1993-94 era prácticamente una segunda selección nacional con los mejores jugadores mexicanos de aquel entonces.

Como primer portero se fichó a Eduardo Fernández, quien había sido seleccionado en la era de César Luis Menotti; en la defensa, Carlos Turrubiates, también elemento del Tricolor con Miguel Mejía Barón y figura en el León campeón de la Temporada 1992-93.

La media cancha también era de lujo con Alberto Coyote, Alberto Guamerú García, y José Manuel de la Torre, también integrantes del equipo de Menotti en selección, y elementos destacados en sus respectivos equipos (León, Monterrey y Cruz Azul).

En el ataque Missael Espinoza, quien no era un centro delantero natural sino un volante ofensivo, pero a través de su habilidad generaba oportunidades de gol.

Para la segunda vuelta se integró otro atacante de prestigio: Luis Flores. Pese a su veteranía, el delantero que había sido titular en el Tri de México 86 al lado de Hugo Sánchez, y que volvió a la selección en las eliminatorias rumbo a Estados Unidos 94, contaba con un buen cartel, por lo que su contratación fue costosa.

Todo este equipo era dirigido por Alberto Guerra, el técnico que condujo al equipo al título de la Temporada 1986-87, y quien brevemente también había sido timonel de la selección a finales de los 80.

Sin embargo, el gasto millonario no se reflejó en la cancha y sólo les alcanzó para clasificar al repechaje en el que fueron eliminados por el Morelia.

Para la siguiente temporada, el equipo se reforzó con otras dos estrellas: Ramón Ramírez y Daniel Guzmán. El primero, un mediocampista talentoso e ídolo, mientras que el segundo, un delantero pícaro que enloquecía a los defensas rivales.

Aquellas Súper Chivas llegaron a Semifinales del torneo 94-95.

Segunda etapa

Para el Torneo de Verano 1998, ya en la mitad del contrato de Martínez Garza, el empresario volvió a abrir la cartera para formar otro equipo de ensueño.

Luis García y Ricardo Peláez, considerados los mejores atacantes de ese momento, llegaron al Rebaño junto con Marco Antonio Chima Ruiz para unirse a otros elementos de selección que ya estaban como Claudio Suárez, Joel Sánchez, Ramón Ramírez, Alberto Coyote y Jesús Cabrito Arellano.

La base era espectacular, y aquel conjunto comandado por Ricardo Ferretti llegó a la Final pero cayó ante el Necaxa.

Aquella fue la era de las súper Chivas, formadas a base de abrir la cartera.

Hoy, Vergara busca superar aquella fórmula no sólo para ser campeón, sino para salvarse del descenso.

El título de 1997

Bajo la administración de Salvador Martínez Garza, Chivas fue protagonista en varias Liguillas, y fracasó en otras más, pero consiguió el campeonato de liga en el Torneo de Verano 97 con un equipo que era más modesto, al menos en nombres, en comparación al de 1994 y 1998.

El Rebaño venía de un pésimo torneo con técnicos de renombre como Oswaldo Ardiles y Leo Beenhakker, y el sucesor Ricardo Ferretti en ese entonces llegó como un timonel joven que sólo tenía tres años de experiencia dirigiendo a Pumas con resultados discretos, por lo que se cuestionó su contratación.

Tucahizo limpia y se fueron gran parte de las súper Chivas para quedarse con un plantel en el que sobresalían los nombres y la calidad de Claudio Suárez, Ramón Ramírez y Alberto Coyote. Los demás como el portero Martín Zúñiga, Joel Sánchez, Noé Zárate, Camilo Romero, Gustavo Nápoles, Paulo César Chávez e Ignacio Vázquez destacaban por su esfuerzo y pundonor, y su voluntad de jugar siempre al servicio del equipo.

Plagado de estrellas

Se dividió en dos etapas

De 1993 a 1995

Eduardo Fernández

Carlos Turrubiates

Alberto Coyote

Alberto García

José Manuel de la Torre

Missael Espinoza

Ramón Ramírez

Daniel Guzmán

1998

Claudio Suárez

Marco Antonio Ruiz

Ramón Ramírez

Alberto Coyote

Jesús Arellano

Ricardo Peláez

Luis García

 

HJ/I