Guillermo Martínez Güitrón

A la edad de 92 años falleció el lunes Guillermo Martínez Güitrón, integrante de una las familias de empresarios que dieron lustre a Jalisco durante décadas y que dejaron un legado en la industria y el sector turístico.

Guillermo, junto con sus hermanos José, Jorge, Eduardo y Gustavo fundaron dos grupos empresariales en el ramo de la siderurgia –Sidek– y el turismo –Situr–, que los llevaron a ser uno de los grupos más fuertes y respetados no sólo en la entidad, sino a nivel nacional.

Mientras de los cinco hermanos Gustavo incursionó en la política –fue vicepresidente municipal y diputado local por el PRI y secretario de Promoción Económica en los gobiernos de Guillermo Cosío Vidaurri y Carlos Rivera Aceves–, Guillermo se inclinó por acciones de carácter social –cofundador del ITESO, presidente del Patronato del Centro Histórico de Guadalajara y creador del Albergue Fray Antonio Alcalde–.

Sus hermanos José, Eduardo y Jorge se enfocaron más concretamente a las actividades empresariales, siendo presidentes de varios de los órganos cúpula, al igual que Guillermo y Gustavo.

Guillermo fue presidente de la Cámara de Comercio, de la Asociación de Hoteles y de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Guadalajara.

En 1994 la revista Forbes consideró al grupo de los hermanos Martínez Güitrón como una de las familias más ricas del país, ubicándola en el lugar 20, y a nivel mundial la colocó entre los 358 superricos con la posición 311, con una fortuna que se estimaba en mil millones de dólares (revista Proceso. Julio 1994).

En aquella fecha, José Martínez Güitrón calificó la publicación de Forbes como “absurda, fuera de contexto y una tontería” (revista Proceso. Julio 1994).

Absurda y tontería o no, esta familia se caracterizó por un gesto que en su situación pocos eran capaces de demostrar: la discreción. No obstante su fortuna y poder dentro del ámbito empresarial y político, nunca hicieron gala de ostentación, prepotencia o fanfarronería. Siempre fueron discretos. Ni imaginarnos que se hicieran acompañar por un vistoso operativo de seguridad personal. Eran otros tiempos.

A nivel federal y estatal los hermanos Martínez Güitrón –todos– tenían derecho de pica-porte en Los Pinos y en Casa Jalisco. Eran seguros invitados a los eventos más destacados en la política. Incluso fungían –sin nombramiento oficial alguno– como consejeros de presidentes y gobernadores. Eran consultados. Su opinión tenía peso y valor. Y era tomada en cuenta. Aun cuando no presidían organismo cúpula alguna.

Sin lugar a dudas los apellidos Martínez Güitrón poco o nada le dicen a las nuevas generaciones de este milenio y, si acaso, pocos conocerán su historia y sus logros. Hoy familias como de la que formó parte Guillermo no existen. Se acabaron o pasaron al retiro, aun cuando siguen al frente de sus negocios, como los Urrea, los Álvarez Bermejillo y algunas más.

Al igual que muchos empresarios de Jalisco, los Martínez Güitrón tuvieron una de sus mejores etapas durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y eran infaltables invitados especiales en la gran cantidad de visitas que hizo el mandatario federal a Jalisco.

Pero como la discreción, la sencillez de Guillermo, José, Jorge, Gustavo y Eduardo fue otro de sus atributos. Para los medios de comunicación nunca hubo un obstáculo para acceder a cualquiera de ellos según el tema a tratar.

Durante los años que como reportero cubrí las fuentes de la IP, del Congreso y del gobierno del estado, tuve en todas ellas la oportunidad de entrevistar a varios de ellos. Nunca tuve en lo personal un “no” de cualquiera de los Martínez Güitrón.

Falleció Guillermo y se fue uno de los pilares de este grupo empresarial y del sector privado jalisciense. Hoy la Coparmex, en su asamblea, deberá homenajearlo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.