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El Vaticano. Al cerrar el Viacrucis de Viernes Santo en el Coliseo Romano, el papa Francisco llamó a todos a sentir vergüenza por un mundo lleno de guerras, por la ambición y la vanagloria, por la indiferencia y el egoísmo.
Desde lo más alto del Monte Palatino y ante más de 20 mil personas congregadas en la explanada ubicada junto al antiguo anfiteatro romano, el papa llamó a sentir vergüenza por escoger el poder, la apariencia, el dios dinero y la mundanidad antes que la eternidad.
“La vergüenza de haber perdido la vergüenza”, dijo. “La vergüenza porque tantas personas, e incluso algunos de tus ministros, se dejan engañar por la ambición y la vanagloria perdiendo su dignidad y el primer amor”.
Dijo que hay que sentir vergüenza porque las generaciones actuales están dejando a los jóvenes un mundo fracturado por las divisiones y las guerras.
“Un mundo devorado por el egoísmo donde los jóvenes, los pequeños, los enfermos, los ancianos son marginados”, añadió.
Más adelante pidió arrepentimiento, para curarse de la lepra del odio, del egoísmo, de la soberbia, de la avidez, del afán de venganza, idolatría y codicia.
El jerarca de la Iglesia católica urgió a tener esperanza para que las personas y los pueblos sepan que sólo el bien puede vencer el mal y la maldad; sólo el perdón puede abatir el rencor y la venganza; sólo el abrazo fraterno puede deshacer la hostilidad y el miedo del otro.
Destacó el ejemplo de muchos consagrados y miembros de la iglesia que manifiestan la caridad en un mundo devorado por la lógica de la ganancia fácil.
“La esperanza de los misionarios que desafían la atormentada conciencia de la humanidad arriesgando la vida para servir a los pobres, a los descartados, a los inmigrantes, a los invisibles, los explotados, los hambrientos y encarcelados”, constató.
Defendió también a la iglesia, que “es santa”, pero “formada por pecadores”, la cual continua “no obstante todos los intentos por desacreditarla”, buscando iluminar la humanidad como modelo de altruismo.
El papa introdujo con su bendición el Viacrucis ante miles de personas en el Coliseo Romano y comenzó la meditación de las 14 estaciones, cuyas reflexiones fueron escritas por jóvenes de entre 16 y 27 años.
Aproximadamente a las 21:15 horas, el pontífice dio inicio al recorrido de la cruz, que comenzó su procesión dentro del antiguo anfiteatro romano mientras él siguió la ceremonia desde el vecino Monte Palatino.
Según datos oficiales de la Gendarmería Vaticano, unas 20 mil personas se convocaron para participar en la celebración en el Coliseo.
Por primera vez en la historia del Víacrucis del Coliseo, los textos de las meditaciones fueron escritos por 15 jóvenes, tres varones y 12 mujeres, nueve de ellos estudiantes del liceo romano Pilo Albertello. Todos coordinados por el profesor Andrea Monda.
“Con el entusiasmo típico de su edad aceptaron el reto que les propuso el papa en este año dedicado principalmente a las jóvenes generaciones. Lo han hecho con una metodología precisa. Se reunieron en torno a una mesa y leyeron los textos de la pasión de Cristo según los cuatro evangelios”, explicó el Vaticano.
Los jóvenes partieron de tres verbos para escribir sus meditaciones: ver, encontrar y rezar.
NUMERO
20 Mil personas se congregaron en la explanada ubicada junto al antiguo anfiteatro romano
JJ/I