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Reactivan danza del Niño de Atocha

TRADICIÓN. Los niños bailan más de 4 kilómetros hasta llegar a la iglesia de Santo Domingo, donde los sacerdotes los reciben y ofrecen una misa para los infantes. (Foto: Cortesía EFE)

Cientos de niños descendientes del pueblo indígena zoque volvieron a las calles tras 2 años de pandemia para bailarle al santo patrón Niño de Atocha en el municipio de Chiapa de Corzo, Chiapas.

La tradición ancestral, conocida como la danza del parachico, es producto del sincretismo de las tradiciones de los indígenas mayas con las de los españoles.

Este es el primer año que vuelven a bailar tras la pandemia del Covid-19, ya que no había condiciones para el ritual.

Para Elena Monterojas, danzante de 6 años, estos 2 años fueron muy lentos porque la pandemia no les permitió bailar y recorrer las casas patronales de Chiapa de Corzo. “Se enfermaron todos los niños de los parachicos, que ya están mejor y van a salir a la fiesta. Viva la chiapaneca”, expresó a Efe.

UNA TRADICIÓN INDÍGENA VIVA

Cada 4 de enero, los niños con ayuda de sus padres portan el traje de gala del parachico y las niñas el de chiapaneca para danzar en honor al santo patrón Niño de Atocha.

Para estos jóvenes danzantes participar es una alegría.

“Me siento muy alegre a pesar de tantos años, gracias al pueblo”, dijo Salvador de Jesús, quien le pidió al niño “que no se acabe esta tradición y que siempre siga”.

Su padre, el albañil Salvador Pérez, dijo estar muy agradecido con el santo por permitirle a su hijo bailar.

Durante su recorrido por las calles de Chiapa de Corzo, los niños van gritando vivas y visitan las ermitas de todos los santos que se veneran en esta ciudad colonial.

Esta tradición de venerar a la imagen y danzar en honor al Niño de Atocha es transmitida de generación en generación, los niños son traídos por sus padres desde muy pequeños, muchos a meses de haber nacido y otros a los 11 años, ya que tienen la edad para soportar la caminata y el peso del traje.

jl/I