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Quinto Patio

Cada tormenta que se abate sobre Jalisco, sea en el área metropolitana tapatía o en cualquier poblado, la lluvia puede ser una bendición caída del cielo o un infierno para quienes reciben torrentes de agua. Sea en forma de intensas descargas de Tláloc o de potentes huracanes, naufragan desde sitios costeros o cultivos hasta colonias y comunidades enteras. Mencionemos, por ejemplo, a San Gabriel, Tomatlán, Ocotlán, Autlán o Chapala, entre otros que han resentido daños y en algunos casos muertes; sin dejar de lado lo que de manera “normal” ocurre con cada precipitación pluvial en Guadalajara y municipios aledaños, incluidos el arrastre de vehículos y personas, aparición de socavones y arroyos desbordados.

El Fideicomiso Fondo Estatal de Desastres Naturales Jalisco (Foeden) señala que de 2019 a 2023 se han otorgado 297 millones 250 mil pesos para reparar daños causados por inundaciones, precipitaciones y huracanes. Los más recientes y notables estragos de una lluvia todavía los padece Zapotlanejo, por lo cual el gobierno municipal ha solicitado la declaración de emergencia. Protección Civil y Bomberos del municipio famoso por la venta de ropa, en su último reporte indicó que aumentaron a 227 las casas y negocios dañados por las inundaciones del miércoles pasado. Y las lluvias continúan.

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De que el gobernador se cuelga de las obras que otros promueven, es una verdad casi científicamente comprobada. Y es que, miren, ahora que el presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum fueron este fin de semana a la Presa El Zapotillo, en Cañadas de Obregón, también asistió Enrique Alfaro. Al mandatario estatal luego luego, lueguito pues, le subieron a redes sociales videos y mensajes con su figura en primer plano, en que alaba la construcción y los beneficios de la presa, y asegura sin rubor alguno que “así se ve y se siente el deber cumplido”.

Presume Alfaro una obra que emprendió el gobierno federal. Y que en los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo estén enojados con él no resulta extraño, pues a su intención de inundarlos añadamos que en el plan que se puso en marcha para la reparación integral del daño, el rezago más importante corresponde a acciones del gobierno del estado, especialmente en salud y en el campo. Que el retesonoro abucheo que le propinaron vecinos de esos pueblos y gente de Morena, a pesar de que también había porra naranja, era de esperarse.

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En la Secretaría de Cultura apelan a un gran acto de fe de los jaliscienses. Aunque primero guardó total silencio sobre dónde está la escultura Timo, finalmente el 13 de agosto envió un comunicado de prensa en el que asegura que la obra Big Big Steps del artista Rodrigo de la Sierra sí está en Guadalajara (por favor, hay que creerle) y que, ya que estén las condiciones, informará dónde será instalada y la fecha.

En las breves líneas que redactó y que, por cierto, no envió a esta vecindad, a pesar de ser la que publicó la información, no da ni una señal de dónde pueda estar la escultura, ni quién y cómo la tiene bajo su resguardo. Y conste que ya hace una semana que se publicó la nota.

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GR