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Christina Hernández, enamorada del espacio

CRUCIAL. El trabajo de Christina es asegurarse de que los instrumentos que envía la agencia estadounidense a la superficie marciana están diseñados, construidos, probados y operados correctamente. (Foto: Especial)

Christina Díaz Hernández, una entusiasta del espacio es una ingeniera aeroespacial en el Laboratorio de Propulsión a Chorro en California de la NASA, donde trabaja como ingeniera de instrumentos en la misión rover más nueva: Marte 2020. El rover Marte 2020 es un vehículo científico robótico que se lanzará al Planeta Rojo el próximo año. El trabajo de Christina es asegurarse de que los instrumentos que envía la agencia estadounidense a la superficie marciana están diseñados, construidos, probados y operados correctamente para que se puedan recuperar todos los datos científicos. Cuando no está construyendo robots espaciales, le encanta explorar nuevas rutas de senderismo, leer ciencia ficción y experimentar en la cocina. Christina tomó un descanso de la construcción del próximo científico marciano para hablar con la NASA acerca de su vida y su carrera.

En su historia, Díaz Hernández aseguró que si tuviera la oportunidad de visitar Marte, lo haría sin pensarlo pero siempre y cuando hubiera un ticket de ida y vuelta. “Me gustan demasiado los tacos y las playas de la Tierra. Si pudiese ir, llevaría una bolsa de Hot Cheetos, un álbum de Metallica, y el libro A hombros de gigantes”, dijo.

En cuanto a la misión que viene el año que entra, la ingeniera aseguró que si tuviera la oportunidad de cambiarle el nombre al rover, le llamaría Pilas.  El nombre, asegura, es por una frase muy común en México. “En referencia a una frase que mi familia dice mucho, ‘ponte las pilas’. Que significa ponerse a trabajar, espabilarse o inyectar energía a lo que haces. ¡Nuestro rover va a necesitar tener sus baterías listas y funcionando para todas las tareas científicas que va a llevar a cabo! ¡Afortunadamente, el rover tiene un generador termoeléctrico radioisotópico para ayudarle a mantener las baterías cargadas!”, especificó.

Entre todas las experiencias que ha tenido a lo largo de su estadía en la agencia espacial estadounidense, Christina asegura que el día más memorable fue cuando pudo ver tres de los instrumentos en los que trabajó ser atornillados y conectados al rover de vuelo. “Nunca olvidaré ver los primeros 1’s y 0’s siendo intercambiados entre el componente de computo del rover, el cerebro a bordo, y las cajas electrónicas de los instrumentos (los cerebros de estos). ¡Estoy segura de que tuvieron una conversación maravillosa!”.

Las historias no solamente se trataron de cosas serias, y es que, para que el viaje sea más placentero, la NASA le preguntó a la profesional aeroespacial cuáles serían los albums o listas de reproducción de música que elegiría para ir al espacio: “Metallica, The Cure, Queen, Echo and the Bunnymen, Frank Sinatra, Ramón Ayala, AC/DC, Selena, Los Ángeles Azules, ugh. Creo que simplemente necesito una suscripción a Spotify en Marte”.

DE REGRESO. La ingeniera aseguró que si tuviera la oportunidad de visitar Marte, lo haría sin pensarlo pero siempre y cuando hubiera un ticket de ida y vuelta.
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FUERA DEL TRABAJO

No todo se trata de trabajar. Christina contó que le encanta la lectura. Cada año lee un mínimo de 20 libros, pero su objetivo de este año son 30 libros. “Es curioso que aumenté mi objetivo durante el que ha sido, sin duda, mi año más ocupado en el trabajo. Recientemente me aficioné a la pintura de acuarela. Después de pasar tanto tiempo conectada en el trabajo, empecé a buscar hobbies más analógicos”. Aunque asegura que todavía no sabe pintar muy bien, creó su primera pintura el otro día. “¡Era de dos nebulosas! ¡No es tan mala! Espero que la acuarela me ayude a conectar más con las complejidades del color en la naturaleza… ¡y es divertido!”, dijo.

Al final, todo la lleva a su pasión: “Me encantaría trabajar en diseños para exploradores humanos planetarios. Hasta ahora, me he enfocado en la exploración robótica, pero cuando lanzas una cosa adorable, cálida y blanda a la ecuación, creas una nueva dimensión de diseño, referido tanto a la operabilidad como el riesgo”.

PROYECTO

El rover de la misión Marte 2020 tiene planeado ser lanzado el 17 de julio de 2020 y aterrizar en el cráter Jezero de Marte el 18 de febrero de 2021

“Estaba enamorada de la belleza del espacio. Fue mi introducción a la apreciación de la belleza de las cosas complejas y caóticas: agujeros negros, planetas gaseosos gigantes o asteroides asesinos, lo que hizo despertar mi imaginación”

Christina Hernández, ingeniera de la NASA

JJ/I