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El peligro de buscar trabajo

Los resultados son muy diferentes entre sí, pero tienen el mismo origen: la búsqueda de un empleo. En uno de los casos se encuentra la muerte y en el otro se pierde dinero. Lo cierto es que buscar trabajo en Jalisco también puede llevar a ser víctima de un delito.

Me refiero a los jóvenes que han sido reclutados en los últimos años para un empleo y que han terminado en manos de la delincuencia organizada, con la terrible consecuencia de la muerte. Y, por otro lado, el caso de 13 personas que, con la promesa de conseguir una plaza en el Instituto Mexicano del Seguro Social, fueron defraudadas con 30 mil pesos cada una.

Ayer, en una entrevista para radio con un directivo de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), le preguntaba en qué tiene que poner atención una persona que solicita empleo para tener la certeza de que no será víctima de un delito y si puede consultar con las organizaciones empresariales si se trata de un empleo legal. Su respuesta fue que sí pueden consultar, aunque también está de por medio la protección de datos personales.

Lo cierto es que investigar a una empresa o incluso a una institución cuando se solicita un empleo y se es un ciudadano común y corriente sería sin duda una proeza.

En algunas investigaciones periodísticas en que he tenido que revisar quiénes son los dueños de determinadas empresas, como las que participaron en la construcción de la Línea 3 de Tren Ligero o con la venta por parte del Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (Ipejal) y del Instituto Jalisciense de la Vivienda (Ijalvi) de las villas panamericanas, lo que he encontrado es una telaraña de empresas constituidas por otras empresas que a su vez están formadas por otras empresas. Lo mismo encontré en la investigación de quiénes compraron y vendieron el proyecto de Iconia, con la complicidad del Ayuntamiento de Guadalajara.

Con esta posibilidad de registrar empresas de esa forma, donde las personas físicas apenas figuran, resulta prácticamente imposible para un ciudadano investigar quién le está ofreciendo un empleo.

¿Cómo podrían investigar los jóvenes que laboraban en un call center a las empresas que los contrataron? ¿Cómo podían saber los jóvenes reclutados en 2019 en un campamento en el municipio de Tala que caerían en la trampa del crimen organizado? Conocer los riesgos que corrían no parece fácil.

En el caso del grupo de personas estafadas con la promesa de una plaza en el IMSS, podríamos cuestionar que hayan accedido a pagar por la gestión. Sin embargo, prácticamente en cualquier trámite ante una institución pública es común encontrar gestores o coyotes, como coloquialmente se les conoce. Para muchas personas, esa es la única forma de cumplir con un trámite, hacer un pago o un reclamo.

Además, quienes ofrecieron ayudarles con el trámite eran funcionarias del Ayuntamiento de Guadalajara e incluso atendieron a las víctimas en una oficina municipal.

Hace varios años que Jalisco se ha convertido en un paraíso para el lavado de dinero y es inevitable pensar en la permisividad de las autoridades para que eso suceda. El problema es que no se trata solo de una forma de mover dinero, sino que esas empresas necesitan trabajadores y que quienes son contratados lo hacen en condiciones de extrema vulnerabilidad.

Es cierto que algunos podrían aceptar los empleos conociendo las actividades de las empresas, pero si se les permite operar no podemos culparlos del peligro al que se enfrentan. No podemos cerrar los ojos cuando una acción tan simple como buscar un empleo en Jalisco puede llevar a ser víctima de un delito, desde el fraude hasta la muerte.

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jl/I