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Recorrido

Cuando transité por la pérdida perinatal que fue la muerte de Nikté pude conocer a muchas mujeres, acompañadas o en solitario, que también pasaban o habían pasado por este mismo estado y que, al igual que yo, poco o nada sabían de lo que las leyes marcan al respecto, los protocolos que se tienen o no en nuestro país o las consideraciones y sugerencias que le hacen al personal médico y de enfermería con la intención de que sean un soporte a estas mujeres.

Lo cierto es que, como es de esperarse, en pocas ocasiones nos preparan a quienes estamos embarazadas para afrontar una posible pérdida. Lo normal es asumir que ese bebé nacerá, que cumplirá sus primeros años, que el embarazo llegará a término, que nada raro ocurrirá en el parto y las vidas de todos seguirán su cauce.

Y fue precisamente en este proceso de sanación que, como ya lo he platicado en este mismo espacio algunas ocasiones, conocí a mamás que fueron más allá y decidieron tomar acciones respecto al tema. Impulsar programas, lograr apoyos, difundir desde el ámbito personal y privado, plantear la necesidad de nuevas, mejores, añadidas, óptimas leyes que sean cada vez más claras, y así todas, todas las mujeres que pasamos por un proceso de este tipo podamos tener acceso a protocolos homologados, respetuosos, puntuales, humanos y, sobre todo, acordes a nuestras necesidades. Las de nosotras y nuestros cercanos, aquellas personas que suelen acompañar estas pérdidas.

Entre esas maravillas que trajo el algoritmo de las redes sociales fue conocer la labor de Georgina González Martín del Campo, a quien ni siquiera conozco en persona, pero que he escuchado en más de una ocasión en su pódcast o sus videos, o he leído y visto en la difusión que hacen ella y el grupo que encabeza, Duelo Respetado, sobre todo el tema de la muerte gestacional y perinatal.

Georgina ha sido, por ejemplo, una gran impulsora del Código Mariposa, que es una estrategia que de a poco se ha implementado en los hospitales públicos de Jalisco en los que se capacita al personal y además se construyen espacios adecuados para que las mujeres que viven la muerte de su bebé en torno al parto puedan despedirse de ellos, crear recuerdos, ser tratadas con dignidad y facilitarles comenzar su proceso de duelo que, a la larga, nos ha permitido sanar.

Asimismo, impulsó, junto con otras asociaciones, la llamada ley de cunas vacías, que en realidad se trata de una serie de modificaciones a leyes como la del trabajo y la de salud que integran nuevos o modifican artículos dirigidos a que las madres y los padres que tienen una pérdida perinatal gocen de derechos que ayuden a atravesar este trance.

Y Georgina, ahora a nivel estatal, busca llevar el tema al Congreso. Justo este miércoles se realizó una mesa de diálogo con especialistas y la diputada Marcela Padilla para armonizar las leyes de Jalisco. El objetivo es dignificar el trato a mujeres y acompañantes que atraviesan por la pérdida de su hijo o hija en etapa gestacional o perinatal.

Entre los temas puntuales están la atención a la salud mental y psicológica de los padres, dignificar el trato que reciben y delimitar qué debe pasar con los cuerpos tras la muerte.

Sí, no conozco a Georgina en persona y tal vez ella no lo sepa, pero ver cada foto que comparte con un nuevo logro, cada audio, cada conferencia o cada episodio de las charlas que he tenido la oportunidad de escuchar me llenan de esperanza, de confianza en que, gracias a ella y a personas como ella, mujeres que deban enfrentarse a este proceso lo harán de una mejor forma, gozarán de condiciones más adecuadas; tendrán opciones para elegir cómo pueden hacer su duelo en espacios seguros, sin sentirse juzgadas o menospreciadas, y sí en cambio con respeto, con cariño, con comprensión.

Si nuestra historia permite que alguna no se sienta sola, algo habremos logrado.

Acompañarnos.

Twitter: @perlavelasco

jl/I