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Alfaro y Dante se necesitan

Difícilmente se podrá encontrar a alguien con la capacidad de los políticos para autoengañarse. Si no fuera así, no gastarían tanto en asesores, en imagen y en campañas que saben que perderán. Por eso, pensar que en un momento de sensatez el gobernador Enrique Alfaro decidió no buscar la candidatura a la Presidencia de la República porque no tenía posibilidades de ganar debe descartarse.

Tampoco tiene lógica creer que su decisión obedece a la postura de la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano de no participar en la alianza opositora. Ya en ocasiones anteriores Enrique Alfaro había expresado su rechazo a aliarse con los partidos llamados tradicionales.

En declaraciones que hizo previo a los comicios de 2015, Alfaro Ramírez aseguró que no podían “hacer una alianza con los partidos políticos que han traicionado una vez tras otra a la gente. No podemos convertirnos en lo que hemos criticado. No podemos perder nuestra esencia por simple pragmatismo electoral. No podemos aspirar a ganar elecciones dejando trozos de dignidad en el camino”.

Más recientemente, el 3 de julio pasado, el gobernador declaró que “lo que vemos en la alianza del PRI y del PAN y del PRD, porque eso no es un bloque opositor, esa es una alianza de partidos y de una clase dirigente que ya no sirve; ese no es un espacio de participación política para quienes tenemos una visión distinta de la nación”.

Antes, después de una reunión que sostuvo con el ex secretario de Gobernación Adán Augusto López, trascendió que habían comprometido apoyos a proyectos de Jalisco, como la Presa El Zapotillo y la línea 4 de Tren Ligero en una charla en que también hubo acuerdos políticos: MC no iba a la alianza con los otros partidos y Morena no se metía en Jalisco.

Así que es complicado creer la versión de que su decisión de no contender está ligada a la resistencia del dirigente nacional Dante Delgado de sumarse a la alianza opositora con los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática. En el video que difundió el viernes pasado, aseguró que “sin la unificación de la oposición, no hay mucho por hacer en la siguiente elección”.

En un cambio más de opinión, de esos que han sido tan frecuentes en su carrera política, el gobernador afirmó que Movimiento Ciudadano no debió tomar el camino del aislamiento.

Tanto en su mensaje del viernes como en las declaraciones que hizo ayer, el gobernador ha insistido que su opinión no ha sido tomada en cuenta en Movimiento Ciudadano nacional e incluso aseguró que se convirtió en un “monólogo de la dirigencia”.

Así que esa es la respuesta a la pregunta sobre las razones de los posicionamientos políticos del gobernador Enrique Alfaro en las últimas horas. Tiene que ver con eso, con la marginación a la que lo ha sometido la dirigencia nacional en las decisiones importantes del partido.

El gobernador tiene razón cuando habla del peso de Jalisco para Movimiento Ciudadano a escala nacional. La presencia que han logrado en las dos cámaras del Congreso de la Unión se debe, principalmente, a los resultados de Jalisco. Incluso, parte de la estructura del partido a escala nacional fue diseñada por el ahora senador Clemente Castañeda.

Así que Dante Delgado tendrá que reflexionar y darse cuenta que necesita al gobernador y sus huestes. Sin embargo, a estas alturas, también Enrique Alfaro y los naranjas del estado necesitan al partido, así que de cara a 2024 no podrán estirar más la liga y deberán buscar acuerdos. No hay margen para ninguna de las dos partes. Sin importar lo que decidan hacia el exterior, la única manera en que tendrán viabilidad será caminando juntos.

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