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Cuando llegue la 'atención'

Para resolver el problema de las inundaciones en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) lo único que se necesita es “atención”. El planteamiento lo hizo el gobernador Enrique Alfaro Ramírez hace poco más de ocho años, previo a llegar a la alcaldía tapatía.

Después de tres años al frente del gobierno municipal y los casi cinco que tiene en el gobierno estatal Enrique Alfaro, las inundaciones no se resolvieron e incluso empeoraron. A las dificultades que ya tenía la ciudad se sumó la voracidad del desarrollo inmobiliario, la mala planeación y la falta de acciones contundentes para aprovechar el agua de lluvia en lugar de convertirla en un problema.

El fin de semana, especialmente la noche del viernes y la madrugada del sábado, la lluvia volvió a provocar el caos de una ciudad que no está preparada y que es víctima de malas decisiones: inundaciones en calles y viviendas, autos arrastrados, corrientes de agua con mayor fuerza y decenas de árboles caídos. Y dos muertos, para volver el tema, además, doloroso.

El origen del problema ha sido analizado a lo largo de las últimas décadas por expertos en la materia: la deforestación en las zonas altas de La Primavera, el exceso de pavimento que frena la infiltración, el envío del agua de lluvia a drenajes colapsados y la falta de políticas contundentes, pues el programa de nidos de lluvia es apenas una aspirina.

En marzo de 2016, cuando ya se había confirmado que el proyecto de abasto de agua para la Zona Metropolitana de Guadalajara se mantendría congelado, ante la suspensión sobre el tamaño de la cortina de la Presa El Zapotillo y los líos legales en torno a la concesión del acueducto a la empresa Abengoa, el ex gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz decidió redireccionar el dinero que quedaba del crédito que se autorizó para esas obras, 800 millones de pesos, para poner a funcionar el Plan Integral para el Manejo de Inundaciones.

En ese momento se informó que la inversión que se requería era de al menos 5 mil millones de pesos, pero que la deuda, que fue transferida al Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa) serviría para empezar.

Entre el cierre de la administración de Sandoval Díaz y el comienzo del gobierno de Enrique Alfaro se realizaron las obras que, según los planes, incluían intervenciones en el canal de Atemajac, en avenida Patria, el colector Acueducto, el de Aviación y el de Copérnico, así como en los depósitos Felipe Zetter, El Dean y San Rafael.

De la mano de este plan también se habló de otras políticas, como la de convertir a la metrópoli en una ciudad de resiliencia urbana, la captación domiciliaria de agua con el programa de nidos de lluvia y otras acciones que, más que un impacto real, han permitido a varios funcionarios convertirse en viajeros frecuentes para asistir a foros internacionales donde se abordan estos temas.

La pérdida de arbolado también amerita una revisión. En todas las zonas intervenidas recientemente, sobre todo las más céntricas, para la construcción de cajetes en las banquetas se cortaron las raíces de los árboles más grandes que han ido cayendo poco a poco. Los más recientes en pleno Paseo Alcalde y otros tres en torno al Acuario Michín.

La declaración completa de Enrique Alfaro en junio de 2015 fue la siguiente: “Vamos a arreglar el problema. Lo único que se necesita es atención. Lo que pasa es que son obras que a los gobernantes no les interesan porque no lucen, no son para salir en la foto”. Le queda poco más de un año a su gestión y, claramente, en este temporal ya no hubo resultados. Así que seguiremos esperando que le llegue la “atención”.

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