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Desde fuera

El jurado destacó su alto valor social y humanitario, como una representación de todos los colectivos y las agrupaciones que realizan labores de búsqueda en México, pero que también lo hacen en otros países que sufren o han sufrido el peso de las desapariciones forzadas.

Se trata del colectivo Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej), que este 13 de marzo recibió el Premio de Derechos Humanos Rey de España de manos de Felipe VI, en Madrid, quien enfatizó que se trata de un recordatorio del trabajo que todavía queda por hacer y del papel fundamental de toda la sociedad en la construcción de un futuro donde el respeto a los derechos humanos forme parte de la cotidianidad.

Fue Guadalupe Aguilar, fundadora del colectivo y mamá buscadora, quien recibió el premio; más allá del título en sí mismo también significa una dotación económica de 25 mil euros que, seguramente, servirán para continuar con las labores de búsqueda de personas desaparecidas.

Esta no es la primera vez que desde fuera de México se reconoce el trabajo arduo y, por desgracia, necesario de las madres buscadoras.

El año pasado la revista Time, en su lista anual de los personajes más influyentes, eligió a María Herrera Magdaleno, una mujer michoacana con cuatro hijos –Jesús Salvador, Raúl, Luis Armando y Gustavo– que llevan desaparecidos más de una década y que, en ese contexto, ayudó a fundar en 2014 una red nacional de colectivos locales que enseña a la gente a investigar la desaparición de un ser querido.

El colectivo Fundej se ha capacitado, a lo largo de estos más de 10 años de existencia, en las áreas relacionadas con las ciencias forenses y las leyes, “ya que estamos convencidas de que hoy por hoy los peritajes y las ciencias forenses son un gran aliado para llegar a obtener verdad y justicia”.

En el comunicado lanzado por la Casa Real española con motivo de la entrega del premio se destaca que Jalisco es el estado con mayor cantidad de personas desaparecidas de México, con más de 15 mil desde 2006.

En una entrevista con la agencia informativa Efe, Lupita Aguilar hizo énfasis en el desprecio que por las familias de desaparecidos tienen los gobiernos, la simulación de las autoridades, la crisis forense que sufre el país –agudizada en 2018, señala–, los pocos apoyos que reciben los colectivos, el trabajo en el que han debido especializarse para buscar a sus familiares, la inexistencia, hasta hace poco, de leyes en materia de personas desaparecidas y los asesinatos de mamás buscadoras.

Lupita Aguilar es enfermera de profesión. Hasta 2004 toda su formación era en torno al área de la salud y definiéndose a sí misma como enfermera general hasta 2006. Cinco años después, en 2011, su hijo José Luis Arana fue desaparecido en Tonalá; es entonces cuando su labor cambia y comienza a participar y formarse en materias forense, legal y de seguridad.

El premio recibido es un reflejo de cuánto ha fallado el Estado mexicano no solo en proteger a quienes vivimos en el país, sino de proveer justicia y reparación del daño a quienes, por esas mismas fallas, fueron víctimas del horror que nos acecha desde hace años. Y mientras eso pasa, colectivos como Fundej auxilian y salvan con su labor a personas con algún familiar desaparecido.

A miles.

X: @perlavelasco

jl/I