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El doctor Gallegos y su fábrica de sonrisas

DE SU BOLSILLO. Los disfraces van por cuenta del propio doctor Gallegos.

Una sonrisa puede hacer que el dolor y la enfermedad se olviden por unas horas en los pequeños que padecen leucemia y ese es el objetivo del oncólogo pediatra, a cargo de la Clínica de Leucemia del Hospital Civil de Guadalajara Juan I. Menchaca, Sergio Gallegos Castorena, quien a través de sus disfraces ha creado una fábrica de felicidad para sus pacientes, para que los 15 niños, o más, que atiende en promedio al día se sientan especiales, queridos y apoyados.

“Yo empecé en 1989 a disfrazarme de payaso cuando era estudiante de medicina e iba los sábados al Hospital Civil Fray Antonio Alcalde a entretener a los niños de pediatría. Duré así tres años, pero se perdió con el exceso de trabajo. En 2002, por ahí retomo al payaso, me voy a la sala de oncología donde me conocían serio y exigente y como me ven haciendo esto se mueren de risa y les encanta. En 2007 cuando me vengo para el Juan I. Menchaca me toca disfrazarme en Navidad de Santa Claus. En Navidad, Día del Niño y Reyes Magos me disfrazaba y creo que desde hace tres años con más frecuencia; en 2014 me propuse hacerlo al menos una vez al mes”.

El fabricante de sonrisas de este nosocomio, relató que la idea de hacer esta obra nace de la alegría que le llevaron algunos voluntarios hasta su cama cuando él padeció cáncer.

“Yo tuve cáncer en 1988, mis papás me llevaron a Estados Unidos. Cuando estaba ahí iba mucha gente voluntaria, iban payasos y a mi ellos me mantenían entretenido a pesar de que los chistes y trucos de magia eran malos. Yo me olvidada que estaba enfermo. Cuando me curé decidí que yo me iba a dedicar a entretener a los pacientes y que más adelante quería ser oncólogo y que mi misión en la vida sería que cuando llegara una familia desesperada con sus hijos les daría esperanza”.

Precisa que si bien, no puede comprobar científicamente las mejoras en la salud para los pequeños, sí consta que les trae magia y felicidad.

“Veo uno que para ellos es un evento especial ir a su consulta cuando voy disfrazado, me permite trabajar mucho mejor con ellos, no me tienen miedo, no lloran, y hay un acercamiento mayor. Encuentro que es una forma que ellos sientan que son especiales para mí y que los quiero mucho. Cuando voy de doctor Gallegos me reclaman y me dicen que por qué fui vestido en lugar de disfrazado”.

Los disfracen salen de su bolsillo, además que su familia lo apoya en la escenografía y los detalles, como cuando su esposa le ayudó a diseñar el trineo, o su hijo lo apoyo con frases para sus personajes e incluso su madre le regala sombreros, su suegra realizó la falda del doctor brujo y su cuñada buscó desesperadamente la máscara.

Buscan vestidos para sus princesas

No sólo a través de disfraces busca hacer especial la cita médica de los pequeños sino que se ha propuesto que todas las pequeñas pacientes porten un vestido de princesa para su próxima cita y en un día reúne entre 20 y 30 vestidos.

“La mamá de una niña me mandó por inbox, ‘oiga, Damaris va a ir de princesa y a ver cómo le hace para disfrazarse de príncipe’. Pensé en que todas las demás niñas se disfrazaran y se me ocurrió poner que para fabricar sonrisas donaran un vestido. Jamás imaginé la respuesta. Ha tenido mucho éxito, me llegan paquetes de Tamaulipas, Durango, Tepatitlán, van a mandar de Monclova, de la ciudad de México”.

Finalmente, Gallegos Castorena asegura que los médicos deben demostrar amor a sus pacientes y agradece el apoyo.

“Disfrazarse es cosa de cada quien, lo importante es mostrarles amor, interés y buscar que el paciente sienta que te importa, que haces algo especial por él. Que el paciente se sienta querido, atendido profesionalmente y que se sienta querido por su médico. Agradecer a todas las personas que a través de las redes sociales han apoyado, muchas gracias por la amabilidad”.

 

HJ/I