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Reconocen trayectoria de Juan José Doñán

HONRADO. Originario de Tizapán, Jalisco, Juan José Doñán es uno de los personajes que más atesora documentos históricos de la ciudad, de cualquier índole cultural. (Foto: Cortesía Ayuntamiento de Guadalajara)

Llegó a Guadalajara a los 14 años y nació su amor. Juan José Doñán empezó a interesarse en la historia de la ciudad, sus tradiciones, costumbres y su gente, lo que lo llevó a convertirse en un historiador, coleccionista y escritor. Ayer, en sesión solemne, recibió la Medalla Ciudad de Guadalajara en el marco de los festejos por el 474º aniversario de la ciudad.

“Establecí una relación afectiva y tuve un interés no sólo por la ciudad en la que vivía sino por una ciudad que tiene una larga trayectoria y me fui interesando por las cosas del pasado de la ciudad, especialmente de lo que los franceses llaman ‘la historia de la vida cotidiana’”, afirmó.

Esa pasión lo llevó a iniciar una colección no sólo de libros con datos históricos de la Guadalajara de antes, sino objetos relacionados con la ciudad.

“Me encontré en el Baratillo la primera edición de la Historia particular de Jalisco de Luis Pérez Verdía, los tres tomos, como si estuviera reservada para mí, con un precio irrisorio, y así fueron apareciendo cosas como por ejemplo un banderín de El Oro, un equipo de futbol que hubo en los años 30, 40, 50 y 60, que jugaba en la zona de Oblatos”, relató.

“Tengo también una botella de un refresco que se hacía aquí, que se llamaba Soldado de chocolate, y cosas así por el estilo, hasta tiliches relacionados con Guadalajara. He sido una especie de pepenador”.

Doñán relató que dentro de uno de sus libros encontró, como si fuera una cápsula del tiempo, el programa de mano del concierto de la Orquesta Sinfónica de Guadalajara del 30 de enero de 1960 dedicado a Silvestre Revueltas.

Lamentó, por cierto, que Guadalajara sea la única ciudad donde su orquesta está integrada, en su mayoría, por músicos extranjeros y no tapatíos.

“En mi opinión no habla bien, no hay ninguna otra orquesta en el mundo que tenga como arrimados a sus propios músicos”.

Todas estas cosas han ido con él en cada mudanza que ha tenido, pues aseguró que ha vivido en los cuatro sectores que se divide la ciudad.

 “Sin habérmelo propuesto he sido residente de los cuatro sectores tapatíos, primero viví en el Reforma, en la colonia Quinta Velarde; luego viví  en el sector Libertad, cerca del Barrio de San Andrés; posteriormente viví en el Juárez, por el rumbo de las avenidas Patria y Vallarta, y ahora en el Hidalgo, donde soy residente desde hace muchas lunas y no menos soles y donde me tienen a sus órdenes”.

Doñán reconoció que sus tiliches, como él los llama, han sido motivo para que su familia lo amenace con echarlo de la casa. “Pero ahí están”, aseguró.

Su interés por la ciudad lo ha llevado a plasmar su conocimiento de la historia, tradiciones y cultura tapatía a las páginas de dos libros.

“Fui hilando, uniendo cosas y escribiendo algunos de mis hallazgos y así hice dos libritos dedicados totalmente a Guadalajara, uno titulado Oblatos colonias y otro que se llama ¡Ay pinchemente! Teoría del tapatío”.

Oriundo de Tizapán el Alto, llegó a vivir a Guadalajara a mediados de la década de los 70 para estudiar la preparatoria y ya no se fue; es, como él dijo, un “tapatío por elección”.

“Sí he escaneado Guadalajara y he atestiguado su deterioro en la época reciente, un deterioro que tiene que involucrarnos a todos los que vivimos en ella y a buscar pronto un remedio eficaz a los males que la aquejan”.

En su mente hay fechas memorables para la Perla Tapatía entre las que destaca conciertos, la primera feria del libro y, sobre todo, un momento que consideró memorable.

“Fue la primera quincena de julio de 1938, cuando coincidieron en Guadalajara Diego Rivera y Frida Kahlo; el poeta André Breton y su esposa Jaqueline Lamba; León Trotski y su esposa Natasha (Natalia Sedova), y José Clemente Orozco”.

Así, cientos de datos históricos que vienen en las páginas de los libros que colecciona son guardados en su memoria.

Doñán se dijo sorprendido por el reconocimiento que le hizo el ayuntamiento tapatío, incluso bromeó al señalar que quizá no tuvieron alguien a quien más darle esta medalla.

“Estoy gratamente sorprendido, todavía no me cae el 20, estoy muy agradecido por este inmerecido masaje al ego”, dijo el galardonado.

Su intervención al micrófono duró más de 14 minutos, lo que provocó la desesperación de los asistentes a la sesión Solemne por el 474º aniversario de la ciudad, la cual se llevó a cabo en la Plaza Arandas, en la colonia Haciendas de Oblatos.

Esto provocó que algunos de los ciudadanos que presenciaron la sesión empezaran a chiflar para presionar a que Doñán terminara su discurso.

El tapatío por elección recibió la medalla Ciudad de Guadalajara junto con 10 centenarios, además de un reconocimiento en papel.

 

HJ/I