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Con la pandemia, bajo asedio la salud mental

Al empezar ayer la vacunación masiva contra el Covid-19, en Estados Unidos, mejoran los pronósticos para que el mundo avance contra la pandemia. Mientras, los estragos económicos continúan, con una recuperación que vaticinan será a mediano y largo plazo. También, los que como el coronavirus parecieran invisibles, pero que no lo son, y se prevé aumenten, son los efectos en la salud mental por las nuevas condiciones sanitarias. Los trastornos de la mente se anidan, desarrollan y estallan. Otro tipo de sufrimiento está en marcha. 

La pandemia mundial de Covid-19 está repercutiendo de distintas maneras en las personas. Ante el reto por una nueva realidad marcada por el distanciamiento físico, el teletrabajo, la inseguridad en cuanto al empleo, la escolarización de los niños en el hogar, el duelo y la pérdida, y la falta de contacto físico con los seres queridos y los amigos, muchas personas sufren en algún momento miedo, ansiedad o tristeza, advierte el documento La repercusión de la Covid-19 en los servicios para los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias psicoactivas en la Región de las Américas: resultados de una evaluación rápida. 

Dado a conocer el mes pasado por las organizaciones Mundial de la Salud (OMS) y Panamericana de la Salud (OPS), señala que los eventos que causan un grado de estrés importante, como la pandemia de Covid-19, constituyen un factor de riesgo para la aparición, agudización o recaída de toda una gama de trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias psicoactivas, en especial en los grupos de población más vulnerables. 

En los estudios de ámbito nacional en la Región de las Américas, en donde se halla México, se describe un aumento del desasosiego, la depresión, la ansiedad y el insomnio, entre otros, como resultado de la pandemia de Covid-19. Además, los casos de Covid dan lugar a varias complicaciones neurológicas y mentales. 

Añadamos en el caso de México otros factores que están dejando graves secuelas además de la pandemia, como el aumento de la violencia en los hogares, que ha desembocado en violencia hacia las mujeres hasta llegar a los feminicidios; y que además de la preocupación para tratar de evitar contagiarse del virus, la población sortea los embates de los delincuentes ocasiones o profesionales. El mexicano promedio busca sobrevivir a la pandemia, la crisis económica y la inseguridad, con una profunda sensación de vulnerabilidad. Todo repercute en trastornos mentales y físicos, que van desde cefalalgias hasta padecimientos más graves. La salud mental está bajo asedio. 

La OMS y la OPS apuntan a un elemento central, que en México es grave: los sistemas de salud mental, a menudo ya con recursos insuficientes antes de la pandemia, han tenido que afrontar el reto de satisfacer la mayor demanda de servicios esenciales de salud mental y apoyo psicosocial que se ha producido como consecuencia directa e indirecta de la Covid-19. 

En octubre la OMS apuntó que la pandemia está provocando un incremento de la demanda de servicios de salud mental. El duelo, el ‎aislamiento, la pérdida de ingresos y el miedo están generando o agravando trastornos mentales. ‎Muchas personas han aumentado su consumo de alcohol o drogas y sufren crecientes problemas de insomnio ‎y ansiedad. 

Más que nunca el mundo necesita el apoyo de los profesionales de la salud mental. Psicólogos, psicoanalistas, psiquiatras y terapeutas de diferentes modelos complementarios pueden atender virtual o presencialmente a quienes no visualizan la salida. Siempre hay puertas abiertas, las cuales no suelen verse cuando la persona está en crisis. Es momento de buscar ayuda. De reforzar políticas públicas saludables. 

Twitter: @SergioRenedDios

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