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Influencia

Llegó vestida de negro. De su cuello colgaba un gafete con cuatro fotos, las de sus cuatro hijos desaparecidos, a quienes ha seguido buscando desde hace 15 años. En la imagen que circuló la noche del miércoles en redes sociales, extiende un hermoso rebozo negro con vistas rojas en el que está escrito “+ de 110 mil desaparecidxs en México. Hasta encontrarles”.

Se trata de María Herrera Magdaleno, una mujer michoacana que fue nombrada una de las 100 personas más influyentes del último año por la revista Time, en cuya gala se hizo presente con el mismo activismo por el que hizo que fuera considerada por esta prestigiosa publicación.

Time 100 es una lista anual de las personas más influyentes del mundo publicada por la revista de forma continua desde 2004 (antes, en 1999, publicó la lista de los más influyentes del siglo 20). La selección abarca a personajes de diferentes ámbitos.

Para la lista de 2023 fueron elegidos siete latinoamericanos, entre quienes están dos mexicanas: la actriz Salma Hayek y la propia María Herrera Magdaleno. El resto son Luiz Inácio Lula da Silva (presidente de Brasil), Gustavo Petro (presidente de Colombia), Zoe Saldaña (actriz), Lionel Messi (futbolista) y Pedro Pascal (actor).

En el texto que colgó la revista Time en su portal (time.com/collection/100-most-influential-people-2023), la periodista Ciara Nugent describe parte de la labor de esta mamá buscadora y nos da las pistas generales de por qué fue elegida.

Cuatro de sus ocho hijos –Jesús Salvador, Raúl, Luis Armando y Gustavo– llevan desaparecidos más de una década.

En ese contexto, María Herrera ayudó a fundar en 2014 una red nacional de colectivos locales que enseña a la gente a investigar la desaparición de un ser querido. En noviembre del año pasado demandó al Estado mexicano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por no investigar las desapariciones de sus hijos.

Para desgracia de este país, la historia de María, si bien es excepcional, no es la excepción. No se me malentienda, no quiero demeritar en lo más mínimo el trabajo de esta mujer de 73 años, sino es más bien el reproche porque historias y labores como las suyas se repiten en todos los rincones de México, en pequeño o en grande, con eco o no en los medios, en lo individual o en lo colectivo, con finales al menos tranquilizadores al tener un cuerpo al cual llorarle la partida o sin un fin claro, con madres viviendo cada día en la incertidumbre de no saber qué ha sido de sus hijos e hijas.

¿No debería ser un termómetro que una madre buscadora mexicana haya sido elegida en esta lista? ¿No debería ponernos en perspectiva y ayudar a dimensionar a quienes aún no tienen claro cuál es el alcance de este problema humanitario que son las desapariciones en México?

De los hijos de María, dos de ellos –Jesús Salvador y Raúl– desaparecieron a finales de agosto de 2008, al acudir a un bar en un viaje de negocios, en Guerrero; prácticamente dos años después, a finales de septiembre de 2010, Luis Armando y Gustavo desaparecieron tras avisar de un incidente en una carretera poblana; jamás llegaron al destino al que iban.

El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez consigna que, debido a la inacción de las autoridades, la familia de María Herrera tuvo que aprender a dar seguimiento a sus investigaciones penales, a los temas periciales relacionados con la búsqueda en campo y a la situación de inseguridad en el país, y cómo a partir de su experiencia, decidieron acompañar a otras familias y colectivos en la búsqueda de personas desaparecidas, participar en movimientos, crear colectivos e impulsar acciones de búsqueda a nivel nacional.

María Herrera no debería estar en esa lista. Ninguna mamá, ningún papá, ningún hijo, ninguna hermana deberían estarlo, porque no deberían estar pasando por pesadillas como las que viven las familias de más de 110 mil personas.

Pero la realidad no se hace con base en supuestos.

Solo es.

@perlavelasco

GR/I