INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

150 años de Stark

El efecto descubierto por Stark se ha vuelto extraordinariamente significativo para la investigación moderna sobre la estructura de los átomos y ha abierto nuevos campos para el estudio del efecto de los iones atómicos entre sí y sobre las moléculas

Åke Gerhard Ekstrand en ‘Nobel lectures, including presentation speeches and laureates’ biographies’. Physics, Elsevier Pub. Co., Amsterdam (1967), P. 425

 

En tanto seres humanos, los científicos son producto de las circunstancias y el contexto histórico que les toca vivir; ello no los exime de responsabilidad cuando su quehacer o incluso omisiones pueden afectar a sus semejantes, aunque la formación y el entrenamiento para la carrera científica pudiera parecer a los ojos del público una especie de inmunización contra los procederes incorrectos.

Comenté lo anterior por el personaje recordado en la colaboración de este día: Johannes Stark, quien nació el 15 de abril de 1874 en Schickenhof (hoy Freihung), Reino de Bavaria en el Imperio germánico, y se formó en Física, Matemáticas y Química en la Universidad de Múnich; se especializa en estudios cristalográficos y en su tesis doctoral defendida en 1897 indaga las propiedades ópticas del hollín.

La entrada biográfica en la página de la Fundación Nobel nos informa que Stark “trabajó en varias universidades” (https://www.nobelprize.org/); otro de sus biógrafos nos relata que previo a ello en su propia alma máter desempeñó diferentes puestos, incluso al dejarla su siguiente empleo fue como lecturer sin paga en la Georg-August-Universität Göttingen.

Aunque como editor del Jahrbuch der Radioaktivität und Elektronik quedó impresionado por la reseña solicitada a Albert Einstein de uno de sus trabajos sobre Relatividad, luego Stark sería un acendrado opositor de tal teoría, aunque no por motivos propiamente científicos, sino por su postura antisemita.

Cuando el Partido Nacional Socialista asciende al poder en 1933 Stark es nombrado director del Physikalische-Technische Bundesanstalt (actualmente Instituto Nacional de Metrología de Alemania), cargo en el que permanece hasta su retiro, en 1939.

Sus investigaciones en temas de electricidad y sobre todo con tubos de rayos catódicos le llevaron a un peculiar descubrimiento, del cual nos menciona el presidente de la Academia Sueca de Ciencias, doctor Åke Gerhard Ekstrand, en el discurso de presentación del Premio Nobel de Física 1919: “Ya en 1902, Stark predijo que las partículas de los rayos de canal en movimiento se vuelven luminosas y que, en consecuencia, las líneas del espectro que emiten deben desplazarse hacia el extremo violeta del espectro si los rayos se aproximan al observador”, en otras palabras el efecto de desplazamiento Doppler el cual conocemos de las manifestaciones ondulatorias de la energía, sea luz, sonido o cargas eléctricas.

Además del Nobel que le fue conferido en el año referido, la Unión Astronómica Internacional nombró un cráter en la Luna con su apellido, denominación que fue retirada en 2020.

X: @durrutydealba

jl/I