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¿A quién le importan los Altos?

A principios de agosto de 2019 los gobernadores de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, y de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, grabaron un video en uno de los patios del palacio federal, después de reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador. El mandatario les había pedido que llegaran a un acuerdo sobre la Presa El Zapotillo y en sus declaraciones los gobernadores aseguraron que éste se había alcanzado.

Lo que los dos funcionarios no sabían era que, después de ellos, el presidente recibió a representantes de los poblados Temacapulín, Acasico y Palmarejo y de los municipios de los Altos. Esa reunión cambió el rumbo del proyecto.

¿Qué fue lo que hizo decidirse al presidente López Obrador? Además de la no inundación de los pueblos, le entregaron información sobre la importancia de los municipios de los Altos en la producción de alimentos para el país, sobre todo huevo, pollo, leche y carne. Los números que le mostraron fueron contundentes y a partir de ese momento empezó a tejerse la modificación al proyecto de El Zapotillo.

Hasta antes de ese momento, en el proyecto solo estaba prevista la solución para llevar agua desde la presa hasta la ciudad de León, Guanajuato. Para ello, se concesionó el acueducto a la empresa española Abengoa, lo que para muchos era una clara privatización del agua porque quien tuviera acceso a los volúmenes almacenados en la presa tendría que arreglarse con la empresa.

La corrupción y la ineficiencia de autoridades y contratistas, más la lucha legal de los pueblos que se inundarían y de los productores de los Altos frenaron el proyecto, hasta que en agosto de 2021 el presidente López Obrador confirmó que los pueblos se salvarían y que habría cambios en la presa.

Fue así como en los meses posteriores se definió que se llevaría agua de la Presa El Zapotillo hasta la Presa El Salto, ubicada en el municipio de Valle de Guadalupe, para posteriormente llevarla hasta la Presa Elías González Chávez, y de ahí, aprovechar la red que ya existe para traerla a la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Según las declaraciones que ha hecho en varias ocasiones el gobernador Enrique Alfaro, esta solución permitirá traer 3 mil litros de agua por segundo adicionales a la ZMG y resolverá el problema del abasto durante los próximos 50 años.

En El Diario NTR Guadalajara publicamos la semana pasada que el municipio de Tepatitlán tiene la concesión para la extracción de agua de la Presa El Salto.

Todo lo anterior deja en claro que al gobierno del estado y al federal no les ha preocupado cómo se atenderá a los municipios de los Altos y, en particular, cómo se resolverán las necesidades de agua para los productores de alimentos, a pesar de que éstos siguen levantando la voz.

Lo que expertos y representantes de la región han planteado es la necesidad de que se modifique el decreto de distribución de agua del río Verde, expedido en 1995, y que establece cómo se reparten los volúmenes entre Jalisco y Guanajuato. Desde ahí, consideran, se podría garantizar que, al dejar fuera al estado vecino, los volúmenes se redistribuyan entre la Zona Metropolitana de Guadalajara y los municipios de los Altos, incluyendo en este último caso no solo el uso doméstico, sino también el agua para los agroproductores.

Hay quienes aseguran que, una vez modificado el decreto, se pueden encontrar alternativas diferentes para cada municipio de la región, pues las necesidades y condiciones de cada uno son distintas.

Lo que sí es importante es que los gobiernos federal y estatal demuestren que no gobiernan solo para la ciudad, donde se concentran los votos, y vean lo que ocurre más allá del Periférico.

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